7 de abril de 2011

La estutua sin nombre del General

Me he topado en la “blogosfera” con un artículo sencillo en la forma, pero muy sugerente en el fondo para todos los españoles y, especialmente,   para los arandinos en un blog llamado http://www.cornisa.net/ .

Merece la pena visitarlo.

El breve relato en cuestión se titula "Las historias que no cuentan las estatuas",  y tiene  la intencionalidad suficiente para hacernos pensar y recapacitar sobre nuestras actitudes hacia la Historia. El autor nos cuenta la impresión que recibió al ver un busto en una pequeña plaza de Aranda de Duero, junto a la Iglesia de San Juan. Su visión le evoca recuerdos de otra estatua, magnífica, erigida en una plaza monumental de Londres.

Quiso la Historia unir a los dos ilustres personajes a los que se dedican ambos monumentos en un momento trascendental de sus vidas, y quiso el destino que el trato dado a cada uno ellos, fuese muy distinto…

Leamos ahora el texto original, agradeciendo a su ingenioso autor, que además de ser visitante de nuestra ciudad, nos haya dejado su impronta de forma educada y nos haya puesto frente al espejo de la realidad.

"Trafalgar Square, Londres, Reino Unido. Bullicio y fotos en un día más soleado de lo habitual en la gran metrópoli. Desde lo alto de su columna de 46 metros de altura Horatio Nelson mira impávido hacia el Palacio de Westminster y proyecta su pétrea mirada más allá, mucho más al sur.
Fuente: www.esacademic.com
Aranda de Duero, Burgos, España. Un forastero recién llegado a la localidad se encuentra casi por casualidad con un discreto busto en una pequeña plaza vacía. Tras acercarse movido por la curiosidad acierta solamente a hacerse una idea de la época en que vivió el hombre, para él desconocido, representado en la deteriorada estatua. Aunque él no lo sabe y a poca gente le importa, está ante Antonio Gutiérrez.
¿Por dónde empezamos a contar la historia que conecta estos dos lugares?
Corría el otoño de 1805 y el sonido de los cañonazos se apagaba frente a las costas de Cádiz.  Albión demostraba a Bonaparte que estaría a la altura y el mar frenaba las ambiciones francesas en Europa.
Nelson había aniquilado a la escuadra franco-española en Trafalgar, pero se había dejado la vida en el empeño. El Almirante era llorado y alabado en su país y su nombre entraba en el  terreno de la leyenda tras una vida de dedicación a la Royal Navy en la que sólo una única vez había conocido la derrota. Él nunca había olvidado este revés. Y su brazo se lo había estado recordando durante los últimos ocho años.
Aquel día de julio de ocho años antes los ingleses atacaron las islas Canarias. Horatio Nelson comandaba la expedición que debía intentar la ocupación de la mayor isla del archipiélago.
Al cargo de la defensa de Tenerife estaba un general burgalés, Antonio Gutiérrez de Otero y Santayana. Sin apenas fuerzas militares y, tras cuatro días de combates, Gutiérrez consiguió la rendición de las fuerzas británicas, que sufrieron un elevado número de bajas, y “El Tigre”, un cañón de bronce  fundido en Sevilla, entraba en la historia al alcanzar al célebre marino inglés, haciéndole perder parte de su brazo derecho.
Gutiérrez trató a los ingleses de forma humanitaria tras su capitulación y les permitió reembarcar y partir. Nelson agradeció este comportamiento honorable y mantuvo desde entonces una alta consideración por el general español. El único que le había hecho ver la cara de la derrota..."
 Se puede completar la lectura en
http://www.cornisa.net/historia_olvidada/las-historias-que-no-cuentan-las-estatuas

Buceando en el callejero del plano de Aranda, vemos que el busto del General Gutiérrez está situado en un lugar que no guarda relación  con el héroe arandino, y que sin embargo sí existe un hermoso parque que lleva su nombre, además de una avenida.


Muchas ciudades han dedicado alguno de sus parques a sus personas distinguidas, y en ellos han erigido un monumento en su recuerdo. Sirva como ejemplo el de  Ciudad Real a Rafael Gasset. (La ciudad de Burgos homenajeó a esta misma pesona con un puente hasta 2010).







Y ahora la moraleja: ¿Sería conveniente que el busto del General Gutiérrez fuese trasladado al parque que lleva su nombre? Y si se  queda donde está, ¿Estaría de más un trato más digno, colocando una placa con su nombre  e incluso un “hito” explicativo con el relato de su vida y hazaña?
La siguiente imagen corresponde a  la estatua del General Gutiérrez en  la ciudad en la que combatió con el Almirante Nelson
Escultura dedicada al general arandino Antonio Gutiérrez de Otero en Santa Cruz de Tenerife.

3 comentarios:

  1. Es una voz de alarma esa crítica al descuido de los pocos mounmentos urbanos que tiene Aranda y si bajamos al parque del Barriles vemos esas estatuas al aire libre llenas de pinturas, lo mismo que las paredes de las casas llenas de grafiti aunque no sean momunmentos que no lo son. Y no digo nada del resto de muralla en la calle Barrionuevo, y la pared junto a la Iglesia de Santa María. Hay cosas que pueden arreglarse y no se hacen

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  2. Algo nos está pasando para no darnos cuenta de que algo no lo hacemos bien y que podemos hacerrlo mejor entre todos pero somos así y nos acostumbramos a eso y los responsables son los que tiene que mejorarnos las cosas y dar soluciones y no lo hacen.

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  3. Bonito ese relato de las estatuas, con esa leccion de relacion humana entre Nelson y A. Gutiérrez.A ver si el Ayuntamiento coge la idea y hace algo, y entonces diremos que se preocupan.

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