A lo largo del año se realizan muchas encuestas de opinión sobre los más variopintos asuntos que afectan a la sociedad, pero nunca nos dicen qué piensan los ciudadanos, por segmentos de edad y sexo, sobre las reuniones al aire libre de los jóvenes, y no tanto, vulgarmente conocidas como “botellones”. Parece que nadie quiere enfrentamientos con la población de esa etapa de edad a causa de ese tipo de ocio que genere desafección política y pérdida de votos.
¿Qué pueden pensar los habitantes de una ciudad cuando ven que los que se supone y dicen estar más concienciados por la ecología dejan toneladas de plástico e inmundicia en calles y parques para que lo limpien quienes no participan en semejantes actos incívicos? ¡Curioso país este nuestro, antes llamado España, en el que unos manchan y después pagan a otros para que lo limpien, con el agravante de que mayormente el coste se sufraga con los impuestos de quienes no lo ensucian!
Si a lo anterior añadimos las circunstancias que José-Tomás Cruz Varela denuncia sobre “los botellones” en sus reflexiones de hoy, el tema se complica y ya va siendo necesaria una regulación de tan molestas actividades.
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INEXPLICABLE Y DESASTROSO COMPORTAMIENTO
(De mi puño y tekla)
El Ayuntamiento de Barcelona se permitió la licencia de anunciar durante toda la semana un dispositivo para eludir el consumo en los llamados "Botellones" en la ciudad, durante las fiestas de La Mercé, pero obtuvo un sonoro fracaso en el resultado.
En la primera noche de celebración hubo ya una concentración de 15.000 personas en la Plaza de España y Avenida y de María Cristina. La convocatoria del segundo macro botellón se celebró en el mismo lugar y se produjo un gran enfrentamiento que puso a la alcaldesa, Ada Colau, en el epicentro de las críticas.
Algunos de los asistentes destrozaron mobiliario urbano, ocasionaron rotura de cristales, robos de material de coches policiales, saqueos de comercios, ruptura de contenedores, incendio de vehículos y un largo etcétera de actos incívicos.
Durante las noches del viernes y del sábado se con centraron unos 40.000 jóvenes dispuestos a batir el récord de los “macrobotellones”, aprovechando la celebración de las fiestas de la Mercé.
Este año y medio de pandemia que llevamos ha supuesto una mayor agresividad en todos los sentidos y comportamientos. Las imágenes de los agentes en retirada, evidenciaron una agresiva escalada por la dificultad de disolver los tumultos. Las concentraciones deben estudiarse previamente antes de que se produzcan.
Lo que resulta injustificable son las inoperantes formas de actuar en tan críticos momentos, situación que no puede ni debe tolerarse bajo ningún concepto.
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
Ex Director de RR.HH. Málaga.