30 de julio de 2013

Miguel Ángel Blanco, dieciséis años después

Miguel Ángel Blanco murió asesinado en Lasarte el 13 de julio de 1997. Se afilió al PP en 1995 y ese mismo año resultó elegido concejal del Ayuntamiento vizcaíno de Ermua. Tenía sólo 29 años cuando ETA acabó con su vida.


Dos días antes, la organización terrorista le secuestró y exigió al Presidente del Gobierno de entonces, José Mª Aznar,  el acercamiento de los presos de ETA a cambio de la vida del joven edil. El resultado ya lo conocemos. De la inmensa indignación popular surgió el llamado “Espíritu de Ermua”. Por primera vez,  el terrorismo  y sus allegados sintieron la repulsa generalizada de los ciudadanos de bien. Los asesinos fueron capturados, juzgados y condenados, y los restos mortales de Miguel Ángel Blanco fueron trasladados diez años más tarde al cementerio de la localidad orensana de La Merca.

 Con motivo del décimo sexto aniversario de su asesinato, el Ayuntamiento  de Ermua con su alcalde de entonces y de hoy a la cabeza, le rindió un breve homenaje de tres minutos al que asistieron los concejales del PSOE, PP y PNV,  y al que faltaron los de Bildu y Ezker Batua. El alcalde Totorika tuvo palabras de recuerdo para Miguel  Ángel Blanco y de reproche para los que siguen amparando la violencia.

Si resulta incomprensible la inasistencia de unos, aún más lo es que un rapero leridano, Pablo Hasel, justifique tan odioso asesinato porque Miguel ángel Blanco “apoyaba un genocidio diario que es el capitalismo”,  añadiendo que “¿De todos esos asesinados no decís nada, hipócritas de mierda?


El dirigente popular Esteban González Pons también ha recordado el asesinato en un acto público del PP valenciano: “El PP no  es Bárcenas, es Miguel ángel Blanco”, y que “un día como hoy mataron a Miguel Ángel Blanco, quien dio su vida por la democracia, por el PP y por España. Probablemente ese día, según lo que sabemos, nuestro tesorero ya estaba acumulando una fortuna en Suiza que tiene que explicar. Sin tesorero puede haber partido, sin militantes, no. El partido son los militantes, no el partido”.

Por su parte, el Presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, ha advertido que no tienen nada que hacer los chantajeadotes del PP y ha animado a los asistentes (unos 1.500) diciendo que los “populares tienen que ser líderes en ejemplaridad y trasladar a la sociedad que en el PP lo que nos sobra es honorabilidad, honestidad y compromiso”.

Efectivamente, el PP es Miguel Ángel Blanco. Pero también lo es Luis Bárcenas, aunque les duela reconocerlo. Blanco no dio (voluntariamente) su vida ni por la democracia,  ni por el PP ni por  España. Más bien se la arrebataron contra su voluntad. Mientras él viajaba en tren a su trabajo, con la misma rutina diaria, dando facilidades para su secuestro, unos viajaban por Madrid en coche blindado y se enriquecían en la sede del PP, y otros muchos se convertían en políticos profesionales, ocupantes de puestos para los que carecían de la suficiente  preparación, pero contaban, en cambio, con el beneplácito de sus jefes. Miguel Ángel Blanco llevaba dos años de afiliado, y nunca habría imaginado que mientras él arriesgaba la vida, otros veían crecer sus cuentas bancarias sin riesgo alguno (de momento). ¿Y qué hubiera pensado de las negociaciones posteriores de los gobernantes con los asesinos de ETA?

Ojalá fueran realidad los deseos de Alberto Fabra: honorabilidad, honestidad, compromiso. Si se lo propusieran algunos dirigentes, quizás con cierto esfuerzo lo consiguieran, podrían demostrar su honorabilidad   y, quizás,  los ciudadanos, percibirla. Mucho me temo que no está el horno para bollos, ni el indignado para cuentos de hadas. ¿Cuántos votantes del PP creen aún en los R. M. o en M. R.?

23 de julio de 2013

La asignatura de Religión: alternativa y evaluación (IV de IV)

Desde los años 90 llevan los obispos españoles solicitando una asignatura alternativa a la de Religión sin conseguirlo. Han pensado, desde entonces,  que ciertas familias se inclinarían por una menor carga lectiva prescindiendo de la materia confesional. Puestos a elegir, cada cual lo hace en función de sus convicciones o conveniencias.

Por mandato constitucional (Art. 27, 3 de la C.E.), los centros están obligados a ofertar una asignatura religiosa (católica, evangélica, musulmana o judaica) y los alumnos pueden solicitarla voluntariamente o abstenerse. Los gobernantes de turno pensaron desde la implantación de la LOGSE que cumplían con su obligación simplemente con encasillar la asignatura en el curriculum, sin contar para la nota media y con un vacío normativo sobre la atención a los  alumnos que no la eligieran.

Los obispos propusieron la necesidad de una alternativa obligatoria, y consideraban también que una asignatura sin nota quedaba devaluada, sería poco atractiva para los alumnos, difícil de impartir para los profesores y entraría en competencia con el no hacer nada o hacer cosas “más útiles” y con menos desgaste intelectual.

La ley prohibía, por otra parte, reforzar “conocimientos a los que no escogieran la enseñanza religiosa” y eso creaba problemas organizativos a los centros. Ni la LOGSE ni la LOE resolvieron el entuerto. Esta última Ley denomina esa clase como de “Atención Educativa Debida”, sin especificar su contenido ni sus actividades. Para no crear desventajas, no se permitiría que unos alumnos cursaran una asignatura que se quedaba fuera de  la nota media del expediente mientras otros  aprovechaban ese tiempo en competencias evaluables. 

¿Pero qué hacer realmente en la práctica? Ante al falta de normas concretas, unos profesores han planteado actividades recreativas, otros la han dedicado a “hacer y corregir deberes”  e incluso enseñanza de materias evaluables.  Al final, algunos han terminado jugando al parchís o a las damas. En Bachillerato se ha llegado a trasladar la clase de Religión a la primera o última hora, dejando el tiempo libre a quienes no la cursaban. En ciertos centros se introdujeron planes basados en la transmisión de valores, convivencia y relaciones humanas en una sociedad moderna y compleja, y en otros se dedicó ese tiempo a un taller de fabricación de jabones...

Partidarios de la escuela laica defienden que la asignatura religiosa debe impartirse como una actividad extraescolar, fuera del horario escolar, olvidándose del mandato y derecho constitucional. Sindicatos como CCOO y FETE-UGT apuestan por “juegos didácticos o contenidos en valores sin ninguna dimensión religiosa”. El PSOE propuso hace años, apoyado por la CEAPA, que no hubiera una materia alternativa a la de  Religión, y cuando volvió al poder con Zapatero,  estableció una materia, “Educación para la Ciudadanía”, con carácter obligatorio, muy controvertida por los valores que ensalzaba, y acusada de manipulación de conciencias fue llevada a los Tribunales de Justicia que terminaron dando la razón en miles de casos a quienes se declararon insumisos a esa materia.

El actual proyecto de “Ley para la mejora de la Calidad Educativa” (LOMCE) contempla la obligatoriedad de estudiar  y elegir entre “Religión” o “Valores Sociales y Cívicos”. Resulta paradójico  que quienes introdujeron “EpC” con carácter obligatorio y nota calificativa se opongan ahora a la implantación de “valores” en la nueva Ley. ¿Temen que sean diferentes? En cuanto a la evaluación de la “Religión”, el tema puede hacerse más complejo y controvertido.

Parece en principio que Cayo Lara (IU) tiene razón cuando afirma que “se equipara con los mismos puntos saber el Ave María con las Matemáticas o la evolución de la especie humana”. ¿Y por qué no aplicar esa misma teoría a la E. Física o a la Música o al Dibujo o a…? Por otra parte, la diputada balear Esperanza Marí ha asegurado que "al convertir al Religión en materia de evaluación, España estará más cerca del fundamentalismo  de los países que no aceptan la separación entre Estado y Religión, y más lejos de la Europa nórdica que presenta buenos datos de éxito escolar”. ¿Podrá demostrar esa diputada que aquellos alumnos que no cursen Religión tendrán mayor éxito escolar que los otros? La confusión y la falacia tienen poco que ver con el mundo educativo. Si la asignatura de Religión se constituye como base de conocimientos en su contenido, puede ser tan evaluable como la de “Valores Cívicos y Sociales”. ¿No lo fue “EpC” de forma obligatoria?

Personalmente no me parece correcto dar el mismo valor a la nota de Religión, hora u hora  y media semanal de clase,  que a Lengua o Matemáticas con cuatro o cinco horas semanales, como tampoco me parece bien que  se equipare con el mismo valor y hagan igual media todas las asignaturas sin tener en cuenta su importancia medida en horas semanales de clase. Si el valor final de todas  las notas se elevara a 100, por ejemplo,  y cada una contara en función en de su valor-hora, tanto la nota de Religión (4%) como la de su alternativa no sería relevante ni decisiva para una beca.  Sin embargo, aportaría un valor añadido y otra visión complementaria para la comprensión de la Historia, el arte, la cultura y las costumbres españolas. ¿Puede hacerse todo eso sin tener en cuenta el papel decisivo de la Religión Católica en España desde hace veinte siglos?

15 de julio de 2013

Aceras impracticables...(Romance de las...)

Aranda es una ciudad sumida en un cúmulo de contradicciones y extrañas circunstancias a las que ha llegado por acción u omisión de  algunos de sus políticos locales:

a) Se construyó una depuradora, que fue declarada posteriormente ilegal. Hoy está legalizada para evitar su demolición y el despilfarro subsiguiente.
b)  Se vendió la plaza de toros (municipal) a un empresario. ¿Se ha cobrado?
c) Se construyó una nueva plaza de toros, cubierta,  en la que no pueden celebrase los festejos taurinos proyectados. Además, ¿Pagó el Ayuntamiento  "por utilizarla"… sin "llegar a utilizarla".
d) Y para "colmo de los colmos" se pretende solucionar este embrollo sainetesco con la instalación de una plaza de toros portátil que "colme" la ilusión de los aficionados.
e) Por necesidades del servicio de viajeros por carretera se construyó una estación de autobuses, sacando éstos de la ciudad. Hoy se contempla su cierre  y suplirla con una humilde marquesina.
f)  Aranda fue un cruce de ferrocarriles. Hoy no funciona ninguno.
g) Los Tribunales de Justicia declararon ilegal  una subida de sueldos de los funcionarios locales, ordenando su devolución. Han pasado los años  y  a fecha de hoy no se ha ejecutado.
h) El pago por invasión de terrenos colindantes con la ribera del Arandilla parece haber caído en el olvido, con la carga de millones que encerraba. ¿Se ha solucionado?
i) ¿Y el puente del Bañuelos tras siete u ocho años desde que se empezó? ¿Y el mal estado del firme de la calle San Francisco hasta la Comisaría de Policía? ¿Y los aparcamientos subterráneos prometidos?  ¿Y ciertas peatonalizaciones  de calles? ¿Y…?
j) Se acerca  la Exposición de las Edades del Hombre, y en vez de mostrar limpieza de pintadas en fachadas, arreglo de  calles y aceras, que reflejen ante los numerosos visitantes previstos un urbanismo amable y presentable , se ofrecen unas

Aceras impracticables... (Romance satírico)

“Helo,  helo por do…”  pisan
los ciudadanos de Aranda
que parece que dan brincos
 y van a “salto de mata”
para esquivar oquedades
y baldosas despegadas.
Muchas están medio rotas
y algunas,  desencajadas;
de unas quedan sólo restos,
y de otras no queda nada,
sólo están las cavidades
de losetas levantadas
convertidas en peligro
de infortunadas pisadas.

Será por el frío invierno
con abundantes heladas,
por las lloviznas constantes
o el calor que las dilata,
lo cierto es que las aceras,
si es que así quieren llamarlas,
más que para andar nos sirven
para jugar a “las damas”
en un singular tablero
de celdas negras y blancas:
las primeras, las que aún quedan,
las segundas, las que faltan,
y las fichas que se mueven
son los pies de los que saltan.

Los deterioros aumentan
y de mantener no paran
los  empleados de obras
que componen la brigada
de las chapuzas urgentes
y las que llevan semanas.
Parece ser que el destino
juega una mala pasada:
por seis arreglos de un día,
a la siguiente mañana
aparecen diez que piden
soluciones ciudadanas.

Es por eso que se anuncia
“una nocturna quedada”,
y una vez puestas de acuerdo
las personas voluntarias,
con faroles y linternas,
spray de pintura y mazas,
comprobarán qué baldosas
se mueven, suenan y bailan.
Una espiral por  señal
quedará en ellas marcada
y antes de que se fragmenten,
aparezcan restauradas
por diligentes obreros 
que tienen encomendada
la función de reparar
las baldosas destrozadas.

Esta sátira inocente, 
esta estrofa mal rimada,
estos versos pachangueros, 
sin acritud indignada, 
guardan una moraleja
para quien sepa escucharla:

Nunca han estado tan cutres,
tan feas y estropeadas,
tan sucias y malolientes
las aceras y fachadas.

..............................................................................
¿Se puede mejorar esta situación? Por supuesto que sí, con voluntad y colaboración de todos. Recuerdo una entrevista radiofónica hecha a un responsable de aseo urbano de una ciudad del Norte de Europa, que respondió a una pregunta por el método empleado en su ciudad, ejemplo de limpieza y pulcritud:
"Ustedes, los españoles, son muy curiosos. Primero ensucian las calles y después  pagan a otros para que las limpien. Buen negocio para unos, malo para todos,  y las calles  siempre sucias"

Respecto a la situación calamitosa de las aceras, estoy seguro de que nuestro Ilustre Ayuntamiento dará cumplida respuesta y solución antes de la apertura de la Exposición de las Edades del Hombre a celebrar el próximo año 2014. ¡Completamente seguro!

8 de julio de 2013

La asignatura de Religión: contenido y profesorado (III de IV)

Como introducción al contenido de la asignatura, es preciso recordar lo que  establecía la LOCE (LEY ORGÁNICA DE CALIDAD DE LA EDUCACIÓN,  10/2002, de 23 de diciembre) al respecto:
Disposición adicional segunda. Del área o asignatura de Sociedad, Cultura y Religión.
"1.…Comprenderá dos opciones de desarrollo: Una, de carácter confesional, acorde con la confesión por la que opten los padres o, en su caso, los alumnos, entre aquéllas respecto de cuya enseñanza el Estado tenga suscritos acuerdos; otra, de carácter no confesional. Ambas opciones serán de oferta obligatoria por los centros, debiendo elegir los alumnos una de ellas…"

Hoy perdura la controversia entre los adeptos a convertirla en una catequesis y aquellos que desean que el contenido verse sobre conocimientos  del hecho religioso. Desde el periódico “El País”
- Creen que “una importante fracción de los católicos practicantes (además de una clara mayoría de los católicos más tibios) no acaba de tener claro que convertir el mensaje evangélico en asignatura escolar sea el mejor modo de dignificarlo y de contribuir a su pervivencia y vigencia. Nuestra sociedad sigue carente de una reflexión serena y sinceramente compartida por no creyentes y creyentes (y de todas las religiones) sobre el modo de integrar el conocimiento y comprensión del hecho religioso en la enseñanza escolar. Debería estar ya fuera de discusión que, en una democracia pluralista, la religión no puede ser objeto en las aulas ni de descalificaciones fáciles o ligeras ni de adoctrinamientos o proselitismos (cuyo éxito pueda ser, además, académicamente puntuable)”

 - Establecen que “La Iglesia quiere frenar así el declive de su influencia en una sociedad plural y cada vez más secularizada” y contraponen la eliminación de “Educación para la Ciudadanía” a una materia sobre “valores” de perfiles no definidos”.

- Y piensan que la ley Wert  intenta revertir el actual proceso de secularización, tendencia de la  sociedad actual, dando por hecho que  “Una asignatura no hace que la gente se convierta más, ni aunque fuera obligatoria” (Contreras Mazario).

Cayo Lara ha insistido en que "llevar la fe a las escuelas nos retrotrae a la época del nacional-catolicismo” y su sindicato CCOO denuncia que «La religión no debería estar incluida en el horario lectivo obligatorio. Es una asignatura que está condicionando el horario del resto del alumnado», ¿De verdad que todo el problema se reduce a una cuestión de horarios?

¿Quieren transmitir a la sociedad que el objetivo de esta nueva Ley es tratar la asignatura de  Religión como una mera catequesis? ¿Y si no fuera así?  ¿Acaso puede hurtarse el conocimiento de los valores éticos y morales a los alumnos que opten por la asignatura de la Religión? ¿Y privar a los demás de una formación ética cuando son los valores las herramientas fundamentales con las que el hombre interactúa en sociedad?

Un sector importante del profesorado de esta asignatura no quiere que  sea pura  catequesis y defienden "una formación religiosa intercultural y aconfesional, razón para ser evaluable" Y sin embargo, la CEE defiende que la asignatura no se reduzca a un tratado de ciencias religiosas y conserve "su auténtica dimensión evangelizadora de transmisión y testimonio de fe". Hay que tener en cuenta que  es  la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis la encargada tanto de la formación de los profesores como de la elaboración de los libros de texto.

Tras el contenido de la asignatura, el debate se dirige también hacia el tipo de profesorado que debe impartirla y su nombramiento o designación. En este punto también se muestra beligerante “El País”, aunque razones no le faltan: “En todo caso, y si finalmente la religión se introduce como asignatura en los términos que establece el proyecto de la LOMCE, la ciudadanía se muestra partidaria, de forma clara, de que los profesores que deban impartirla sean designados por el Estado, no por la Iglesia (y es de resaltar que, en esta cuestión, se presenten divididas las opiniones de los propios católicos practicantes)”.

Para enseñar religión católica en los colegios los profesores han de cumplir con los requisitos académicos, tener las declaraciones de Competencia e Idoneidad (los otorgan la Conferencia Episcopal Española (CEE) y los ordinarios u obispos diocesanos) y ser propuestos por el ordinario. El acceso laboral a esta  asignatura es especial: carece de un sistema objetivo de selección, los nombra el Obispo y les paga el Estado (o CCAA), lo que les hace un tanto marginales en el sistema educativo. ¿Qué prima más en su nombramiento, la preparación, la obediencia, el enchufe o la práctica de la vida religiosa?

Se consideran a sí mismos como "profesores igual que los demás en el desarrollo común de las clases, pero con una supervisión sobre su idoneidad y su mantenimiento y la confesionalidad de la asignatura es como una cuña mal asentada en el sistema que les afecta aunque sean miembros del claustro". Muchos de estos profesores pretenden ser funcionarios, pero jamás podrán serlo con los actuales planteamientos.  En el plano laboral, actualmente,  se rigen por el  Estatuto de los Trabajadores.

1 de julio de 2013

Esperando un concurso de trinque

Merece la pena recordar este celebrado episodio  del “Lazarillo de Tormes” por la actualidad de su imagen antigua: dos pícaros  engañándose mutuamente en silencio compartido, y roto sólo cuando se acaba el sustento.
“…Acaeció que, llegando a un lugar que llaman Almoroz,  al tiempo que cogían las uvas, un vendimiador le dio un racimo de ellas en limosna. Y como suelen ir los cestos maltratados, y también porque la uva en aquel tiempo está muy madura,  desgranábasele el racimo en la mano; para echarlo en el fardel, tornábase mosto y lo que a él se llegaba. Acordó de hacer un banquete, así por no lo poder llevar como por contentarme. Que aquel día me había dado muchos rodillazos y golpes.
 Sentámonos en un valladar y dijo:
-Agora quiero yo usar contigo de una liberalidad, y es que ambos comamos este racimo de uvas y que hayas de él tanta parte como yo. Partillo hemos de esta manera: tú picarás una vez y yo otra, con tal que me prometas no tomar cada vez más de una uva. Yo haré lo mismo hasta que lo acabemos, y de esta suerte no habrá engaño.
Hecho así el concierto, comenzamos. Más luego al segundo lance, el traidor mudó propósito, y comenzó a tomar de dos en dos, considerando que yo debía hacer lo mismo. Como vi que él quebraba la postura, no me contenté ir a la par con él; más aún pasaba yo adelante; dos a dos y tres a tres, y como podía las comía.
Acabado el racimo, estuvo un poco con el escobajo en la mano, y meneando la cabeza, dijo:
-Lázaro, Lázaro, engañado me has. Juraré yo a Dios que has tú comido las uvas  tres a tres.
-No comí -dije yo-.Más,  ¿por qué sospecháis eso?
Respondió el sagacísimo ciego:
-¿Sabes en qué veo que las comiste tres a tres? En que comía yo dos a dos y tú callabas.
Reíme entre mí y-aunque muchacho- noté la mucha discreta consideración del ciego.”
 (Derecha, Edición de Juan de Junta, Burgos, 1554)
La actual crisis nos ha hecho  ver que el enriquecimiento ilícito de unos pocos  con la aquiescencia de otros muchos resulte más ignominioso  que en épocas pasadas de bonanza y  opulencia, en las que había para todos y las “mordidas”  de los deshonestos se notaban menos. Se acude con frecuencia al término “picaresca” y a sus protagonistas, “los pícaros” para explicar el estado de “corrupción” y la categoría de los “corruptos” que hoy pululan por el suelo patrio, sin percatarse de  que en  esa comparación salen perjudicados los primeros y favorecidos los segundos.

Aquellos pícaros de entonces (Lázaro, el Buscón Pablos,…) procedían de familias pobres, con madres de dudosa reputación y oficio antiguo y padres asiduos clientes  de la Justicia por amigos de lo ajeno. Desde muy niños aprendían en su propia casa (por llamarla de alguna forma) lo suficiente para sobrevivir malamente en aquel mundo de miseria y exclusión  en el que se hallaban. Esa es la gran diferencia con los corruptos de hoy: muchos, situados en puestos de responsabilidad, provienen de las estructuras de los partidos políticos y otros,  los menos, han dado el salto al estrellato corrupto desde el seno de familias privilegiadas. Decían los griegos, que "cuando los dioses querían destruir a una persona, primero la subían a lo más alto de la soberbia, la henchían  de poder y después  la cegaban". Eso ha debido pasar con estos desvergonzados: la codicia para poder  vivir con lujo y ostentación, cuando no con el vicio,  les nublado la vista. Los pícaros nos dan lástima y compasión, mientras que los corruptos sólo nos dan asco y nos alimentan la sed de justicia.

Alguna semejanza hay, sin embargo, entre la “picaresca” y la “corrupción”, espléndidamente reflejada  en la escena del “racimo de uvas” del Lazarillo de Tormes.  El espíritu ladino y trincón  de entonces y de ahora nace y se perpetúa en el silencio acordado para el aprovechamiento mutuo: callan y se tapan mientras se aprovechan,  y  siempre gana quien más y mejor engaña. De   de forma burda o sibilina,  da igual, porque hasta el ciego lo veía. ¿En cuántos casos de la vida pública y política de  España de la última época hemos recordado el episodio del “racimo de uvas”Rousseau dejó, una vez más,  muestras  de su ingenuidad cuando pensaba que “La igualdad en la riqueza debía consistir en que ningún ciudadano fuera tan opulento que pudiera comprar a otro, y ninguno tan pobre que se viera necesitado de venderse”, ya que el problema del corrupto de hoy  no es por necesidad perentoria sino por ansia de asemejarse en poderío al corruptor.

Hay, y hubo, programas concurso de TV, de baile y saltos de trampolín, por ejemplo, en  los que unos,  más profesionales, y otros, más  aficionados, famosos y famosillos todos,  compiten por la mejor nota, y algo más,  que les otorgue un jurado de expertos por la exhibición de sus habilidades. ¿No habrá pensado alguna televisión en un programa de “untadores y untados, corruptos y chorizos”, en el que los competidores, presuntos por supuesto, hagan alarde de sus destrezas mientras los espectadores miran quién y cómo lo hacen? Por supuesto que en distintas categorías y ámbitos: local, provincial, autonómico y nacional...Para la cabecera o nombre del programa, innumerables sugerencias habría: “Reyes del trinque”, “Mira cómo trincan”, “Trinconete y pringadillo”, “Tonto el que no trinca”, “Quedarse lo ajeno no es trincar”, y así muchos otros…

El único problema podría estar en la constitución de un jurado competente y experimentado cuyos miembros no estuvieren  actualmente en servicio activo. La presidencia podría ostentarla con todo merecimiento el “tío”  ciego de Lázaro, que se las sabía todas para sacar dinero y  guardase lo pillado, y era al final quien más veía. Lo malo es que personaje tan sagaz pertenecía al mundo de la ficción, de tanta ficción como el contenido del programa propuesto. ¿O no?