27 de mayo de 2022

"El error Berenguer": la dictablanda.

 

Hubo una reunión urgente,  ese mismo día 30 de enero,  en el Palacio de Liria el duque de Alba, Francisco Cambó, Gabriel Maura y el General Berenguer para salvar al régimen monárquico, y de ella salió el nuevo Gabinete con el militar como Presidente del Consejo.

Alfonso XIII, influido por Cambó, intentó una restauración constitucional e institucional, con origen en 1923 y olvido de la Dictadura, sin pensar que hasta los más activos renovadores monárquicos habían perdido la confianza en el sistema y que al estrenado Presidente le venía grande el cargo, como demostrarían posteriormente los hechos.

Berenguer quiso apuntalar el régimen monárquico mediante “el restablecimiento del orden jurídico” y la neutralización del Ejército con una política aperturista y blanda que favoreciera el espíritu restaurador del Rey. Para que la sociedad notara del cambio habido, se publicó el Real Decreto Ley de 5 de febrero de 1930 en el que figuraba una amplia amnistía a militares y profesores expedientados (Unamuno entre otros…). Incluso se legalizó la F.U.E.  Y ese fue el comienzo de la “Dictablanda” como contraposición a la etapa anterior.

Los problemas no cedían a pesar de los decretos de buenistas intenciones. Mientras los republicanos se unían, los monárquicos desertaban. Las declaraciones de  distinguidos personajes políticos influyeron en el incremento y extensión de la sensación de crisis social e insititucional. Si relevante fue el discurso de Azaña en el banquete de la Alianza Republicana, no lo fue menos la conferencia del opositor a Primo de Rivera,  José Sánchez Guerra  en el Teatro de la Zarzuela en la que culpó al Monarca por la Dictadura y reclamó unas Cortes Constituyentes.

El  20 de febrero,  Miguel Maura abandonó la Monarquía  y propuso la instauración de una República  constitucional y pacífica. Si sonada fueesa deserción,  aún lo fue más la de Niceto Alcalá Zamora, quien el 13 de abril de 1930, en el Teatro Apolo de Valencia “abogaba por una república bien centrada, donde pudieran servir “gentes que han estado y están mucho más a la derecha mía”, con un Senado y donde la Iglesia pudiese tener cabida. Su posición era clara: “Una república viable, gubernamental, conservadora, con el desplazamiento consiguiente hacia ella de las fuerzas gubernamentales de la mesocracia y la intelectualidad españolas, la sirvo, la gobierno, la propago y la defiendo. Una república convulsiva, epiléptica, llena de entusiasmo, de idealidad mas falta de razón, no asumo la responsabilidad de un Kerenski para implantarla en mi patria.” Por desgracia para don Niceto, fue esto último lo que sucedió.” (“UNA EXCELENTE BIOGRAFÍA DE NICETO ALCALÁ-ZAMORA Y TORRES., MONSIEUR DE VILLEFORT).

https://monsieurdevillefort.wordpress.com/2016/04/24/una-excelente-biografia-de-niceto-alcala-zamora-y-torres/)

Como la tormenta política  no amainaba, Alfonso XIII, aconsejado por Cambó se fue a París para ofrecer a Santiago Alba un nuevo planteamiento, aunque experimentado años antes: una especie de alternancia pactada entre Alba (liberales) y Cambó (conservadores) al estilo de Cánovas/Sagasta y Maura /Canalejas. Se reunieron el día 22 de junio en el parisino hotel Meunier,  pero  Alba no aceptó la invitación del Rey y le propuso, en cambio,  que mantuviera a Berenguer y celebrara una consulta popular que revisase la Constitución y convirtiese  la  Monarquía en una institución democrática semejante a la inglesa.

La respuesta de Alba descolocó a Cambó, al Rey y a los monárquicos. Mientras los desairados  se reponían de la negativa, la conspiración republicana llegó su punto álgido durante aquel verano con el Pacto de San Sebastián. El 18 de agosto se reunieron en el Círculo Republicano de la ciudad donostiarra representantes de todas las fuerzas antimonárquicas para configurar una República parlamentaria. Entre los asistentes figuraban nombres tan significativos como los de A. Lerroux, M. Domingo, A. de Albornoz, M. Azaña, Casares Quiroga, Carrasco Formiguera, M. Mallol, J. Ayguadó, Alcalá Zamora, M. Maura, I. Prieto, F. de los Ríos, E. Ortega y Gasset… Era, sin duda,  una combinación del viejo y nuevo republicanismo. Dado que el pretendido Estatuto Catalán se presentaba como el problema más acuciante  y embarazoso se decidió aparcarlo hasta que su futuro Gobierno lo solventase y así poder avanzar en otros objetivos.

No se trataba, en absoluto, de instaurar una República revolucionaria, maximalista y proletaria, sino  burguesa,  tranquila, pacífica, y constitucional que sin defraudar a las clases humildes atrajera a las medias. Se trataba de un nuevo régimen democrático traído por la burguesía dominante.

Con la llegada del otoño se incrementó la actividad republicana. El 28 de septiembre tuvo lugar un gran mitin con la participación de todo el Comité Republicano (Azaña, Domingo, Alcalá Zamora, Lerroux…) en la Plaza de Toros de Madrid. El Gobierno se puso nervioso y ordenó las detenciones  de Ramón Franco, L. Companys y Pestaña entre otros.

La caída de la Bolsa de Nueva York de 1929  agrandó la crisis económica  y social de España y tanto la UGT como la CNT redoblaron su actividad sindical con más  y mayores huelgas y movilizaciones obreras.

El 12 de diciembre de 1930, los capitanes Fermín Galán y García Hernández, encarcelados en 1926 por Primo de Rivera y amnistiados por Berenguer, se sublevaron en Jaca. Quiso el Comité Revolucionario de Madrid que Galán retrasara tres días su rebelión  para hacerlo a escala nacional y envió a dos emisarios para comunicárselo personalmente, pero sufrieron una avería mecánica en el coche que les llevaba y llegaron unas horas después de haberse realizado el levantamiento.

 No cabe duda de que esos hechos incidieron en una incipiente transformación de la mentalidad ciudadana que percibió como posible  un profundo cambio en el Estado español, pero esa rebelión tuvo su precio y su castigo. Un tribunal militar los condeno a muerte el día 14 y  pocas horas después fueron fusilados, a pesar de que  Ossorio y Gallardo envió una carta a Berenguer solicitando el perdón de los cabecillas del levantamiento de Jaca, instándole a la serenidad y al perdón (“para volver a su nuevo cauce  no es sangre lo que demanda España, sino justicia y libertad” le decía). El Gobierno Berenguer pensó que más que “piedad” para con los alzados, lo conveniente era transmitir “espíritu de fortaleza” al país. El fracaso de la rebelión se convirtió en una victoria  de la naciente República   y Galán y Hernández pasaron a ser sus primeros mártires. El Gobierno Berenguer pensó que más que piedad, era fortaleza lo que debía transmitir alpaís.

El Gobierno de Berenguer conocía todos los actos previstos para aquel 15 de diciembre y ordenó la detención de los miembros del Gabinete republicano, aunque algunos (Azaña, Prieto, Barrio, Domingo…) lograron escapar el día anterior. Por otra parte, los aviadores de la Base de Cuatro Vientos consumaron lo que tenían previsto y proclamaron la República. Aunque sobrevolaron Madrid, no llegaron a arrojar las  bombas destinadas al Palacio de Oriente.

El día 15 de diciembre se celebraron huelgas en muchas ciudades del Norte de España y en la zona fabril de Barcelona, pero el Gobierno logró sofocarlas. Ni la República llegó en ese momento ni la Monarquía se tambaleó tanto como algunos deseaban. Contra la acción republicana  llegó la reacción de la Dictablanda con duros Decretos: se ilegalizó la CNT, se impuso la censura previa a la Prensa, se clausuró el Ateneo de Madrid…,  Y se restauró más el orden que la confianza en las autoridades.

Todo esto era el contexto del artículo “El error Berenguer” que Ortega y Gasset publico el 15 de noviembre en “El Sol” en el que analizaba la situación política de España y pronosticaba su futuro con su demoledor final,  “Delenda est Monarchia”. Más que una crónica periodística era una lección de Historia, en la que se desgranaban las claves y el clima de lo que sucedería cinco meses después el 14 de abril de 1931.

Ortega describía en ese texto la crisis que padecían y explicaba el llamado “error Berenguer” como una treta legal para ocultar la Dictadura de Primo de Rivera tratándolo como algo que nunca ocurrió, para llegar a una constatación fatídica pero real: la inexistencia del Estado español y la invitación a los españoles para reconstruirlo mediante la destrucción de la Monarquía, recordando las palabras de Catón el Viejo al Senado romano, “Carthago delenda est”. En aquel momento, el filósofo liberal consideraba fundamental el cambio de régimen mediante la sustitución de la Monarquía por una República, pero el entusiasmo se le acabó cuando percibió que lo instaurado era “un auténtico imperio del plebeyismo”,  y,  por lo tanto,  la peor de las tiranías.

(Fuente: Volumen VIII de Historia de España, Reinado de Alfonso XIII. La Segunda República, Equipo, Club Internacional del Libro, Madrid)

24 de mayo de 2022

CAYETANA ALVAREZ DE TOLEDO.

Comenta Cruz Varela una opinión, muy compartida, de Cayetana Álvarez de Toledo sobre los nacionalismos y la nación española. Una vez más tiene razón la diputada popular y otra vez más su voz clama en el desierto: más importante que la exaltación del liderazgo del partido en su reciente Congreso hubiera sido la definición clara y contundente de su ideología.

Dados los pobres antecedentes del PP en la batalla cultural durante los últimos tiempos, o Feijóo corrige esa carencia o la fuga de votantes frenará sus aspiraciones. De todos es sabido que el separatismo es insaciable y no dará un paso atrás en sus aspiraciones por más ventajas y concesiones que reciba. 

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CAYETANA ALVAREZ DE TOLEDO. 

(De mi puño y tekla)

Una ponencia política contra la "Puerilidad". Para la citada diputada del PP por Barcelona, lo ocurrido con el debate sobre la nacionalidad catalana "es la prueba de que en el último congreso del PP, debimos debatir y aprobar una ponencia política, porque todavía más importante que un nuevo liderazgo, era la definición de nuestro proyecto”. “Reivindicar presuntas identidades territoriales monolíticas, invocar nacionalidades sin delimitarlas...La política adulta, empieza por no rendir pleitesía a la puerilidad, es decir, al nacionalismo”, explica. Si cortejar al nacionalismo no ha sido nunca moral ni eficaz, después del golpe separatista es directamente suicida. A su juicio, el PP debería ser un partido inequívocamente nacional. “Para confederaciones, el sanchismo. Y para devaneos identitarios, los nacionalismos”, apostilla.

Atentamente.

José-Tomás Cruz Varela

 Ex Director de RR.HH. Málaga.

15 de mayo de 2022

FEIJÓO Y RAJOY CUESTIONAN AL GOBIERNO

Entre los puntos señalados por Cruz Varela en su artículo de hoy, merece la pena incidir en el del espionaje y el cese improcedente de la Directora del CNI para contentar a los independentistas catalanes. El CNI fue responsable del realizado a dirigentes separatistas y llevado a cabo conforme al protocolo establecido, pero no del efectuado a los teléfonos del Presidente y Ministros.

 Dado el comportamiento posterior de Pedro Sánchez y sus actitudes con los líderes independentistas de los que depende, convendría recordar uno de los pensamientos, escritos hace quinientos años y aún vigente, que Maquiavelo nos dejó al final del capítulo III de “El Príncipe”:

 “Si alguno dijera que el rey Luis no cedió la Romaña a Alejandro y el reino de Nápoles a la España, más que para evitar una guerra, respondería con las razones ya expuestas, que no debemos dejar nacer un desorden para evitar una guerra, porque acabamos no evitándola; la diferimos únicamente: y no es nunca más que con sumo perjuicio nuestro”.

 Dicho en román paladino: Quien tolera un desorden para evitar una guerra, tendrá primero el desorden y después la guerra. Si el consejo sirve, que no se olvide...

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FEIJÓO Y RAJOY CUESTIONAN AL GOBIERNO

(De mi puño y tekla)

Ambos políticos, Feijóo y Rajoy, estiman que la división interna del Ejecutivo puede ser rectificada en diversos aspectos de la legislatura. Hasta la militancia socialista reconoce que España precisa una nueva etapa, asumiendo que el Gobierno debe resolver ciertos intereses y las consiguientes urgencias familiares. Argumentando el mensaje central del último líder del P.P., Alberto Núñez Feijóo repite lo dicho recientemente en el Congreso de Pontevedra.

El caso del espionaje al presidente, Pedro Sánchez, y a la ministra de Defensa, Margarita Robles, y los cruces de acusaciones representan para el líder del PP la gota que amenaza colmar la legislatura.

¿Qué clase de política es ésta? ¿Qué mensaje envía el Gobierno cuando comunica su división? Así no se puede gobernar un país enfatizo Feijóo, quien ya había apuntado esta semana que lo lógico sería dar por terminada la legislatura y convocar elecciones anticipadas. Si Sánchez no es capaz de gobernar a sus 22 ministros, ¿Cómo va a gobernar 47 millones de españoles?

Se hacen oposición a sí mismos dijo Feijóo. Y antes que él Rajoy vaticinó que si el PP se lo toma en serio ganará las generales. Comienza una buena etapa para el PP en toda España. Creo el PP va a ganar las elecciones porque este Gobierno ya no se sostiene. Es una jaula de gallos que solo es capaz de generar división y crear problemas y nuevamente la economía hundida. Es un sino y lo nuestro es recuperarla dijo Rajoy.

No nos creemos las encuestas ni pueden servirnos para que nos confiemos, advirtió Feijóo. El que está absolutamente comprometido consigue lo mismo en propiciar el cambio, remató.

Atentamente.

José-Tomás Cruz Varela

Ex Director de RR.HH. Málaga.