23 de febrero de 2019

"Venezuela en llamas. Santos calla", el artículo de Fernando Londoño Hoyos que contó las verdades de Venezuela.

En estas fechas en las que el régimen chavista bolivariano  dirigido por Nicolás Maduro está dando sus últimos estertores y los venezolanos reclaman una nueva vida, conviene recordar el artículo que Fernando Londoño Hoyos publicó hace cinco años. Sus palabras y argumentos no fueron vanos ni han resultado estériles, y aún resuenan con más fuerza en este ambiente imparable de cambio.

La lectura de "Venezuela en llamas. Santos calla" resulta imprescindible ya que el análisis de la realidad venezolana hecho entonces  era certero  y vaticinaba la degradación producida y agravada con el paso del tiempo. Salvo los sectarios y los vividores del régimen totalitario  que todavía se aferran a mantenerlo, la gran mayoría del pueblo ha padecido sus miserias y está dispuesta a conseguir otro futuro. Todo lo malo tiene un fin, y éste ya está muy cerca.
Nota: Los enlaces dirigen a la versión íntegra. En esta exposición queda suprimido el último párrafo referente a Santos para centrar la atención en la situación de Venezuela.
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Venezuela en llamas. Santos calla

"Lo que pasa en Venezuela tenía que llegar y llegó, así sea que todavía falte lo peor. Por desgracia.

El castrochavismo será recordado como autor de un milagro económico a la inversa, de los que se registran tan pocos en el devenir de los pueblos. Convertir en país miserable el más rico de América no es hazaña de todos los días. Habiendo tanta pobreza en tantas partes, en pocas tiene que pelear la gente, a dentelladas, por una bolsa de leche, por una libra de harina o por un pedazo de carne.

Convertir en despojos una de las más organizadas, pujantes y serias empresas petroleras del mundo no es cualquier tontería. Llevar a la insolvencia una nación ante las líneas aéreas, los proveedores comerciales y los que suministran material quirúrgico y hospitalario no es cosa que se vea cualquier día. Y arruinar al tiempo el campo y la industria, el comercio y los servicios, la generación eléctrica, la ingeniería, la banca y las comunicaciones es tarea muy dura, cuando se recuerda que la sufre el país que tiene las mayores reservas petroleras del mundo.

En esa frenética carrera hacia el desastre, el gobierno castrochavista tuvo que proceder a la eliminación paulatina de todas las libertades, al sacrificio del pensamiento y la conciencia, a la ruina de las instituciones, del periodismo, de los partidos, de la universidad, de los gremios, de los sindicatos. Pues todo se ha cumplido tras el designio implacable de los ancianos inspiradores del sistema, Fidel y Raúl Castro, que una vez más han demostrado su audacia, su carencia total de consideración y respeto por los valores más caros de la especie humana, pero también su falta absoluta de talento. Llevar a Venezuela a la ruina total es matar su propia fuente de subsistencia. Y es lo que han hecho, moviendo los resortes del fanatismo más imbécil, de los odios más cerriles, de los desquites más torpes.

Nicolás Maduro tiene la inteligencia y el tacto político que exhibe en cualquiera de sus discursos. Pero al fin de cuentas es un pobre rehén de los intereses inconfesables de la clase corrupta que ha llevado a Venezuela a su perdición. Si ese títere fuera libre, hasta de sus menguadas condiciones de estadista pudiera esperarse algún acto de rectificación, algún gesto de apaciguamiento, alguna voluntad de comprender el desastre y de corregirlo. Pero Maduro es el primer esclavo de las pasiones atroces que dominan en Venezuela. Los saqueadores de esa gran nación no están dispuestos a que nadie ensaye el menor examen de su conducta. En los antros del delito se pierde todo, empezando por el pudor.

El régimen de Venezuela se va a caer, porque se tiene que caer. No podría subsistir sino amordazando totalmente al pueblo, imponiendo cartillas de racionamiento, levantando un paredón, como el del Che Guevara en La Cabaña. Y no están dadas las condiciones para que el mundo soporte estas afrentas. Con una Cuba le basta a América.

El pueblo está en las calles, dispuesto a hacerse matar. Y lo están matando. La juventud estudiantil, que sabe cerrados los caminos del porvenir, le apuesta a cualquier cosa, menos al continuismo cobarde. Los empresarios lo perdieron todo hace rato. No tienen cuentas para hacer. Y los paniaguados del sistema ven con horror que el sistema ya no tiene mercados para comprar sus conciencias.

Y ante esta catástrofe, el presidente Santos no ofrece más que su silencio perplejo... "

Fernando Londoño Hoyos

Este artículo fue publicado el 18 de febrero 2014 en "El Tiempo de Bogotá", Colombia 

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Nota : Un año después de esa publicación,  Roberto Lovera De-Sola hizo referencia sobre él en su trabajo "El castrochavismo será recordado por convertir al país más rico de América en un país miserable" citando loablemente algunas de sus afirmaciones más reseñables, y cuya lectura se recomienda para completar la información sobre la situación política y social en la Venezuela de Hugo Chávez  y Nicolás Maduro.

15 de febrero de 2019

Grotescos enjuagues del iluminado Tezanos

No es la primera vez, y parece que tampoco será la última,  en la que se ha tratado la sectaria actitud del director del CIS, Sr. Tezanos, en las encuestas de dicho organismo. Con cada una se supera a la anterior, y a este paso llegará el día en el que un partido, el PSOE de P. Sánchez, sea hegemónico y los demás no pasen de ser meros elementos decorativos. De las consecuencias de esa propaganda electoral nos alerta el comentarista José-Tomás Cruz Varela en el artículo de hoy, y el tiempo las confirmará.
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Grotescos enjuagues del iluminado Tezanos
(De mi puño y tecla)

Otra vez  más, y ya está bien de tomarnos el pelo, los ciudadanos nos vemos obligados a tener que soportar los presuntos enjuagues del iluminado Sr. Tezanos, actual e incomprensible director del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Auténticos despropósitos que posteriormente aparecen publicados en los distintos medios de comunicación para adoctrinar a sus lectores, lo cual, lógicamente,  nunca consiguen por tratarse de grotescas incongruencias en forma de encuestas siguiendo instrucciones del  actual presidente del Gobierno.

Todos recordamos las múltiples ocasiones en las cuales el Jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, prometió la convocatoria de elecciones generales, para contradecirse con la misma facilidad al poco tiempo afirmando que la oposición debe tomárselo con más calma, dado que su pretensión, tal como recuerda asiduamente en sus últimas declaraciones, es agotar la legislatura hasta el 2020.

Sánchez se propuso aprovecharse descaradamente del CIS y es cierto que lo ha conseguido. Su pretensión siempre fue convertirlo en un artilugio para su uso y abuso personal. Lo logró con el agravante de haber recortado su periodicidad de tres meses a uno y consiguió dotar al organismo de mayor facilidad para elaborar las manipulaciones de Tezanos. A éste parece no preocuparle pasar a la categoría de desprestigiado pero bien remunerado,  eludiendo olímpicamente todos los insultos y descalificaciones, incluidos los de sus propios compañeros de profesión.

Previamente al nombramiento de don Félix, el PSOE contada con el 22,66% de los votos y 85 escaños. Se encontraba en el peor nivel y considerado como un partido a la baja. Curiosamente,  transcurrido un mes y con la vara mágica del ilustre sociólogo, el partido creció nada menos que 8 puntos, pasando a ser la primera fuerza política, con la esperanza de que ganaría las elecciones en caso de que fuesen convocadas.

Lo que resultaba inadmisible es que todas las restantes empresas demoscópicas considerasen la distancia entre el PSOE y otros partidos de dos a tres puntos, y en el CIS la diferencia fuese de 11 puntos. Con tal resultado, dicho organismo difícilmente podría ser considerado seriamente sino simplemente como un instrumento de apoyo más para el PSOE. Recordemos que el Gobierno todavía no ha aprobado los PGE a pesar de someterse a las continuas humillaciones de los nacionalistas catalanes.

Comportamientos como los comentados en estas líneas glosando las últimas actuaciones del CIS, dicen muy poco en su favor, de ahí que la ciudadanía ya no le otorgue la misma categoría, prestigio y responsabilidad de la que gozaba con anterioridad... ¡Tiempo al tiempo!

JOSE-TOMAS CRUZ VARELA

8 de febrero de 2019

IRREMISIBLEMENTE, PODEMOS SE DESMORONA

En las elecciones europeas de hace cinco años, PODEMOS  consiguió un éxito más que notable y  revalidado en otras posteriores. Sus ansias de “asaltar el cielo” y de regenerar la vida política arrinconando a la “casta” calaron en la sociedad y crearon alguna esperanza y ciertas  ilusiones. Pasados estos años, todo ha cambiado  y aquel lema  de “Unidos Podemos” más parece un  sarcasmo que un reflejo de la realidad, como observa el comentarista José-Tomas Cruz Varela en su artículo de hoy.

IRREMISIBLEMENTE,  PODEMOS SE DESMORONA

En opinión de diversos intelectuales, son legión los dirigentes de partidos de izquierda, quienes a lo largo de su carrera  política, experimentan un permanente deslizamiento hacia la derecha en cuanto a tendencias y perfiles se refiere.  Tal hábito y no otro es lo que le ha ocurrido a Pablo Iglesias, si bien nadie esperaba, incluido él mismo, que tal evolución se produjese con tal celeridad y crudeza. Fenómeno que ha situado en estos últimos días al partido al borde de la descomposición y en caída libre.

La indignación interna de ciertos dirigentes con Iglesias y más concretamente de este último con Iñigo Errejón, ha propiciado que el ambiente se enrarezca hasta grados insufribles. Los líderes territoriales, incluso los más vinculados a Iglesias, piden  que haya más unidad y negociación con el ex número dos del partido, toda vez que de lo contrario Podemos se convertirá  en un aparato de eliminar gente. Iglesias y Errejón están condenados a entenderse, toda vez que en caso contrario, Podemos pasaría a militar en la irrelevancia política. La crisis interna en el partido de extrema izquierda ha llegado a tal grado que ayer mismo dicha formación decidió negociar  con Iñigo Errejón una candidatura única a la Comunidad de Madrid. Todo lo cual apunta que la formación morada, irremisiblemente, padecerá un retroceso electoral.

Tratar de mantenerse actualmente con un proyecto ideológico trasnochado resulta utópico. El abandono del partido por parte de Errejón y acudir a las elecciones con la plataforma de Carmena, ha supuesto un golpe muy fuerte e inesperado para Iglesias, que reconociendo que las relaciones entre ambos políticos no eran cordiales, tampoco llegaría a la sangre al río. Las siglas de Podemos se están deteriorando por momentos, nada que ver con lo que representaban en los primeros años como adalides de la regeneración nacional con sus durísimas críticas a “La Casta”, que a la larga y como se ha demostrado no obtuvieron los resultados esperados, sino más bien todo lo contrario.

El endiosamiento de Pablo Iglesias provocó que el número de disidentes polemistas creciese en progresión geométrica debido a la inoperante soberbia del líder y al abandono de militantes de izquierda unida. También se fueron deteriorando las relaciones con las distintas confluencias, algo parecido a lo que sucedió con los famosos “Círculos” en los cuales se respiraba dura democracia, lo que fortalecía la vinculación de las bases con la dirección del partido para terminar como un pobre “Circo”. Y a lo anterior habría que sumar la reciente renuncia de Ramón Espinar, quien incluso ha presentado su dimisión como senador, algo que ya ha ocurrido con otros miembros de la organización que no desean competir electoralmente con Errejón. A tal incidente habría que añadir la reunión de otros dirigentes territoriales en Toledo a espaldas del Secretario de Organización, Pablo Echenique, personaje que pierde los papeles con cierta frecuencia, suma y sigue al fracaso que está cosechando Podemos en otras Comunidades: Galicia, Valencia, Cataluña, Andalucía, etc.

A este ritmo y con las próximas elecciones autonómicas, municipales y europeas a la vuelta de la esquina, la caída de Podemos puede resultar monumental y para la izquierda en su conjunto y, posiblemente,  una buena noticia para España. El vincularse con el separatismo catalán tampoco parece un granar cierto. Por el momento, para la mayoría de la ciudadanía, el trocear la soberanía nacional tampoco constituye ningún acierto.

Si a tal escenario se le añaden las descalificaciones cosechadas por parte de Pablo Iglesias, tales como la adquisición del famoso casoplón de Galapagar con todos los lujos que ello implica, Podemos terminará convirtiéndose en partido testimonial... ¡¡Tiempo al tiempo!!

José-Tomas Cruz Varela