29 de septiembre de 2017

¡¡HARTAZGO!!


Hartazgo es la palabra que mejor define esta situación a la nos han llevado innumerables políticos de distintos signos durante muchos años. Hay hartazgo de esa gente que no atiende a ninguna clase de argumentos y sólo se fía del sentimiento que aplasta las razones. El domingo harán un simulacro de votación, pero el problema catalán continuará el lunes siguiente, y el mes siguiente y los siguientes años, y quizás llegue el momento en que ya no sepamos convivir con él. ¿Qué pasará entonces?  Cuando los problemas no tienen solución, dejan de ser problemas para convertirse en otra cosa o resolverse de otra forma. Nuestro colaborador, José-Tomás Cruz Varela, refleja perfectamente en su artículo de hoy la sensación de HARTAZGO que nos domina. Quosque tandem?¿Hasta cuándo?



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¡¡HARTAZGO!!
(De mi puño y tekla)

 ¡¡Hartazgo!! Sensación percibida por todos los españoles y la mitad de los catalanes. Pretender  ridiculizar al Gobierno de la nación en momentos tan críticos como los que estamos viviendo,  solo constituye otra forma más de favorecer al independentismo. En efecto, el artículo de Jiménez Losantos publicado el pasado día 22 en El Mundo, se pasa en algunos aspectos y quizá más en la forma que en el fondo, asistiéndole la razón en ciertos  casos puntuales. Por ejemplo, que el Gobierno se muestre tan propenso a negociar con los separatistas, tras tantos ataques, insultos y descalificaciones recibidas no parece oportuno, como tampoco lo es el ofrecimiento por parte del ministro de Economía, en torno a alcanzar algún acuerdo que favorezca en el marco fiscal a Cataluña. Y mucho menos aún la imbecilidad del ministro de Interior sintiéndose orgulloso de sus Fuerzas de Seguridad a las que agraden y escupen públicamente. Espectáculo entre grotesco y denigrante. Si es por propia iniciativa, mal, pero si además lo hace  siguiendo instrucciones del presidente del Gobierno, peor todavía.

   Para desgracia nuestra, la Cataluña actual nada tiene que ver con la próspera región de los años posteriores a la Transición. La tensión generada por la ANC, CUP y grupos afines al secesionismo, al margen de la agresión que supone atentar contra el orden constitucional, el proponerse  la creación de una República Catalana tras la celebración del referéndum del 1º de octubre resulta insultante, como igualmente el pretender que desaparezca y se olvide la corrupción cometida por muchos de sus dirigentes, unido a la condonación de la deuda contraída por valor de miles de millones. Todo parece indicar que el presidente de la Generalidad está dispuesto a continuar ignorando al T.C. como lo demostró publicando una web con la ubicación de las mesas de votación, lo que consolida su manifiesta desobediencia cuyas consecuencias podrán resultar previsiblemente peligrosas.

   Los ciudadanos nos sentimos desconcertados ante las vejaciones dedicadas al Estado español. Vivimos temerosos con  lo que pueda suceder en los días previos a la celebración del ilegal referéndum catalán, cuyo Gobierno se mofa y befa de los representantes del Estado Español, comenzando por el propio Rey Felipe VI y terminando por el último de sus dirigentes. Los errores se pagan y a un alto precio. El haber tolerado tanto por parte de Mariano Rajoy   durante los últimos cinco años nos está pasando una dolorosa factura, y no solo en el aspecto económico. Nada más cierto que los españoles estamos saturados de tanta corrupción, mordidas, apropiaciones indebidas y enriquecimientos ilícitos, etc. pero en este caso, ninguno de los dos Gobiernos pueden acusarse por haber cometido similares delitos.

   Lo más triste y dramático de la deriva nacionalista hacia el independentismo ha sido ha el terrible impacto que está originando en el tejido social y las nuevas generaciones. Circunstancia que una vez superado el pretendido golpe institucional, la Generalidad prioritariamente deberá dedicarse a recomponer socialmente Cataluña, sustituyendo la política del odio por la de una profunda reconciliación.

Atentamente.

José-Tomás Cruz Varela

25 de septiembre de 2017

LA DERIVA CATALANA, CON O SIN REFERÉNDUM, CONTINUARÁ

No corren buenos tiempos, y el futuro de la unidad nacional se ha puesto en entre dicho. Mientras unos parecen tener claro lo que buscan, los responsables de que no lo consigan no parecen ponerse de acuerdo ni en los medios ni en los fines. Nuestro colaborador, José-Tomás Cruz Varela,    analiza hoy la situación actual y el viaje realizado para llegar hasta ella. El cómo y el cuándo saldremos es otra historia no escrita.
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LA DERIVA CATALANA, CON O SIN REFERÉNDUM, CONTINUARÁ
(De mi puño y tekla)

Sin la menor duda, los españoles, estamos soportando uno de nuestros peores momentos. Concretamente nos encontramos ante una especie de golpe de Estado, y no precisamente sobrevenido sino anunciado y con escaso tiempo para frenarlo. Se trata, como todos sabemos, del atropello secesionista propiciado por un amplio sector de la clase política catalana, empecinados en la celebración de un ilegal referéndum que culmine con la ruptura de España y la creación de la República Independiente de Cataluña, a lo que obviamente se opone el Gobierno.

   La buena política consiste en el arte de prevenir, máxima que en nuestro caso no se ha cumplido ni de lejos. Dejar pasar el tiempo por temor a enfrentarse con los problemas, guste o no, denota la ausencia de un auténtico liderazgo como sucede en nuestro caso. Diga lo que diga Rajoy y con anterioridad su asesor Pedro Arriola, abusando del mantra de que “el tiempo lo soluciona todo”, no pasa de ser una falacia practicada por la cachaza de nuestro presidente, apoyándose en la estrategia de tratar de extenuar y acorralar al enemigo antes de enfrentarse a él. Situación que a estas alturas resulta prácticamente inútil.

   A dos semanas de la convocatoria de la presunta consulta, tratando de buscar culpables y señalar sobre quien recae la responsabilidad de lo que está ocurriendo  de nada vale, prácticamente como llorar sobre la leche derramada, aunque en nuestro caso, los dedos señalen al nefasto expresidentes Zapatero (PSOE), y posteriormente al Jefe del Ejecutivo por los motivos anteriormente citados.

   Una mayoría considerable de españoles se muestran a favor de actitud adoptada por el PSOE y Ciudadanos, sindicatos y empresarios en su apoyo al PP. Afortunadamente existe la creencia de que el Gobierno dispone de la fuerza suficiente para desbaratar la sedición y abortar la tentativa golpe de Estado tal como están difundiendo los medios  Cuestión aparte será cómo y a qué precio se resolverá posteriormente la situación que nos permita recuperar parte de la necesaria tranquilidad a partir del 2 de octubre.  Rajoy se ha comprometido a que el mencionado referéndum jamás llegará a celebrarse y así lo estimamos los ciudadanos mayoritariamente. De suceder lo contrario supondría la inmediata dimisión del presidente.

   En lo que respecta a la última Diada, totalmente instrumentalizada y manipulada en parte, discurrió tal como se esperaba. Al celebrarse cuatro días después de que el Parlamento catalán desafiara al Estado eludiendo la autoridad del Tribunal Constitucional, su objetivo era proclamar una legalidad paralela para apoyar el separatismo apropiándose del espacio público. Ya no se trata de un acto festivo ni folclórico. En esta ocasión el festejo sirvió para materializar la cruda división entre los propios ciudadanos con disturbios callejeros en toda Cataluña, dejando patente la fractura entre catalanes en una carrera hacia ninguna parte, y siempre manejados por sus caciques. Los separatistas de base, totalmente manipulados por sus dirigentes, tomaron la calle no solo para exigir el sí en el referéndum sino para respaldar la impunidad de sus gobernantes, investigados o procesados por su desobediencia, prevaricación y malversación, pretendiendo romper con la Constitución utilizando la lógica asamblearia. Que personajes de la catadura de Arnaldo Otegui, condenado por terrorismo y representante de la más pura degradación sea ensalzado, rompe todos los esquemas más elementales del ser humano.

   Cuando en un país como el nuestro comienza a cuestionarse la seguridad jurídica, las grandes empresas nos abandonarán tal como ya han anunciado multinacionales alemanas y estadounidenses que ya tienen elaborados sus respectivos planes urgentes de deslocalización, algo que le permitirá abandonar Cataluña en cuestión de horas.

   Como final y aunque a más largo plazo, habrá que poner en valor  las secuelas que está generando el odio entre partidarios y detractores del independentismo y no sólo a nivel provincial y local, sino en el seno de las propias familias como ya está ocurriendo, unido las negativas consecuencias que se están inoculando a la población infantil y generaciones venideras. No nos equivoquemos: el referéndum del próximo día 1º de octubre, con independencia de que no se pueda llegar a celebrar, sólo servirá para distorsionar y enrarecer todavía más las desastrosas relaciones mantenidas entre una parte de catalanes y el resto de España por haber permitido que los acontecimientos se hayan desbordado ante la apatía e incomprensible permisibilidad de nuestros gobernantes. Esperemos, al menos,  que en caso de no celebrarse la consulta, no se premie ni condone económicamente la deuda contraída por la Generalidad.....¡¡Tiempo al tiempo!!

Atentamente.

José-Tomás Cruz Varela

18 de septiembre de 2017

Las relaciones que D. Miguel de Unamuno mantuvo con F. E. y los falangistas

Cuenta Hugh Thomas en  “La guerra civil española. 1936-1939” (Vol.2),  Colección Dimensiones Hispánicas, Ediciones Grijalbo S.A.,  páginas 546-549, que 

“El filósofo vasco Miguel de Unamuno, sumo sacerdote de la generación 98, siguió un camino diferente. Como rector de la universidad de Salamanca, al empezar la guerra civil se había encontrado en territorio nacionalista. La República le había desilusionado, había admirado a algunos de los jóvenes falangistas, y dio dinero para el alzamiento. Todavía el 15 de septiembre apoyaba al movimiento nacionalista. Pero el 12 de octubre había cambiado de opinión. Estaba, como dijo más tarde, «aterrado por el cariz que estaba tomando aquella guerra civil, realmente horrible, debida a una enfermedad mental colectiva, a una epidemia de locura, con un sustrato patológico».

Hubo un tiempo en el que se ocultaron, e incluso se tergiversaron,  los distintos comportamientos que los intelectuales españoles, monárquicos o republicanos, liberales o conservadores, socialistas o comunistas, tuvieron desde la llegada de la II República hasta los años de la Guerra Civil y posteriores. 

El primero en manifestar públicamente su desengaño con la II República fue Ortega y Gasset con el artículo  “Un aldabonazo”. Sólo habían pasado cinco meses, tiempo suficiente para comprobar que el resultado de su colaboración activa  no era el deseado y afirmar  aquel “¡No es esto, no es esto!” 

En el trabajo “Postura de los intelectuales ante la II República y la Guerra Civil”  de Eva GUERDA RODRÍGUEZ se puede ver dónde  y cómo terminaron aquellos intelectuales. Bajo otro punto de vista, aunque bien documentado, Gonzalo Fernández de la Mora, dejó otro interesante estudio,  “Los Intelectuales y el 18 de Julio”.

De Unamuno, concretamente, sabemos que optó por el “bando nacional”, es decir, el  franquista, pero de su figura han pretendido apropiarse ideologías contrarias, y fue convertido en el     Mito de los “intelectuales” frente a los “militares” (Millán Astray)  por el incidente del Paraninfo. Unamuno se situó abiertamente con los rebeldes en contra del Frente Popular, y suyas son estas palabras: “hay que salvar la civilización, occidental la civilización cristiana: esta lucha no es una lucha contra una república liberal, es una lucha por la civilización”.

Ricardo García Cárcel repasa en “El pesimismo de la inteligencia” con perfección y equilibrio lo sucedido antes y después del enfrentamiento del Paraninfo, así como la personalidad histórica de Unamuno y sus  actitudes, el  ambiente que le rodeaba, y sus relaciones con otros intelectuales de su época. 

Los dos párrafos siguientes nos acercan a aquellos años críticos:
“El 14 de abril de 1931 estaba Unamuno en el balcón del Ayuntamiento de Salamanca proclamando la República. El 1 de mayo desfilaba, celebrando ese día, del brazo de Largo Caballero. Será nombrado Ciudadano de Honor de la República y presidente del Consejo de Instrucción Pública y elegido diputado de las Cortes Constituyentes. Estaba en la cúspide del prestigio político y cultural, pero su inconformismo era manifiesto. Cuando se elaboraba la Constitución de 1931 se quejaba de que la República se había equivocado «en hacer a un tiempo una revolución y una Constitución que la encauce, en haber querido hacer una revolución constitucional o una constitución revolucionaria». En octubre de 1931 se niega a votar el Estatuto catalán. En noviembre de 1932 en el ciclo de conferencias del Ateneo de Madrid se posiciona abiertamente contra Azaña, al que tildó de «faraón de El Pardo». En octubre de 1934 denunciará «las salvajadas revolucionarias de Asturias» así como la «insondable mentecatez de quienes quieren monopolizar la decencia y el patriotismo».

 (Drcha: Unamuno hacía su tertulia diaria en la terraza del Café Novelty, en la Plaza Mayor de Salamanca, junto al ayuntamiento.)

Cesado como rector vitalicio. Tras el 18 de julio de 1936 se adhirió a la causa del levantamiento militar. Se le atribuyó, incluso, que había donado 5.000 pesetas para el Alzamiento. El 19 de julio se sentaba ostentosamente en la terraza de la cafetería Novelty de la Plaza Mayor. En agosto era cesado de su condición de rector vitalicio por la República. Los intelectuales republicanos lo repudiaron. Luis Araquistain dijo de él que era un «histrión calculador disfrazado de austero puritano». José Bergamín, en el mitin de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, llegó a decir de él que «tenían que haberle fusilado». Ehremburg dijo que «habiendo querido ser Don Quijote no es ni siquiera Sancho Panza». Los franquistas lo repusieron como rector vitalicio de la Universidad.”

Pedro Fernández Barbadillo, en su reportaje “Las últimas palabras de Unamuno” efectúa un recorrido por los últimos cinco años de la vida del Rector  a través de unas citas entresacadas  de “La Vida de don Miguel” de Emilio Salcedo, haciendo especial hincapié en la unidad de España, en su lucha contra nacionalismos y separatismos, y en la enseñanza del castellano desde las Cortes Constituyentes. Este será uno de los puntos comunes con José Antonio Primo de Rivera, como pudimos ver en el diálogo habido durante su encuentro  previo al mitin de Salamanca. 

 Al acto del Paraninfo no se le dio ninguna importancia hasta finales de los años 60. Se trató de una campaña política contra la dictadura usando para ello el enfrentamiento de Unamuno con Millán Astray con un discurso reconstruido.

Resulta llamativo que Hugh Thomas diga de Unamuno que: “La República le había desilusionado, había admirado a algunos de los jóvenes falangistas, y dio dinero para el alzamiento” y omitiera hablar de la asistencia de Unamuno al mitin que el fundador de la Falange  Española dio el 10 de febrero de 1935 en Salamanca  y de otras conexiones más de Unamuno con los “jóvenes falangistas”, suficientemente conocidas pero no siempre recordadas.

Anteriormente a la asistencia al mitin sabemos por Emilio Salcedo (“La vida de don Miguel”, páginas 389-391) que “Unamuno, disconforme, profeta agorero de una etapa de calamidades, era todo un objetivo político. Así lo entendió el periodista Francisco Bravo, redactor jefe de «La Gaceta Regional» y fundador de la Falange en Salamanca…Bravo aseguró que don Miguel les recibiría y que el 29 de octubre de 1933 había escuchado en el Casino, por radio, el mitin fundacional y que, cuando alguien bromeó con el nombre de «el chico del dictador», no ocultó su desagrado por la manía española de prejuzgar las conductas”.

Sabemos también que dos años después se conocieron personalmente: “Perseguido por la Dictadura, no tendrá reparos en asistir, el 10 de febrero de 1935, a un mitin falangista y luego comer con los organizadores y entrevistarse en su propia casa con el hijo del Dictador, José Antonio Primo de Rivera, mostrando su simpatía por el joven y recién nacido fascismo español, lo que, según algunos, le costó el premio Nobel de literatura, que quedó desierto en 1936”(Luis E. Togores, Millán Astray, Legionario. página 196)

Las relaciones de Unamuno con los falangistas  se volvieron a poner de manifiesto con motivo de la salida del Paraninfo tras el enfrentamiento con Millán Astray, y los días de su muerte y entierro. 

Después de analizar el incidente con Millán Astray, dice de la salida del acto que     “La rápida actuación por parte de Millán Astray le salvó de una posible agresión del público. Salió dando la mano a la señora de Franco. […] Más tarde le defendieron los jóvenes falangistas porque sabían de la apreciación de José Antonio Primo de Rivera. […] Unas semanas después moría solo y olvidado: llevaron su féretro miembros del falange fascistas aunque el rector nunca fue falangista ni siquiera verdaderamente simpatizante del fascismo español”. (Ricardo García Cárcel. El pesimismo de la inteligencia)

Jon Juaristi  en el artículo “FALANGISMOS”. exculpa a los jóvenes  falangistas de agredir a Unamuno en aquel momento del Paraninfo, acusados de ello por otros autores:
“TRAS la famosa bronca con Millán Astray en la Universidad de Salamanca, el 12 de octubre de 1936, Unamuno fue rápidamente evacuado hacia su domicilio por la señora de Franco, que, en teoría, lo habría librado así de ser linchado por los enfurecidos falangistas que asistieron al acto académico de exaltación de la Hispanidad. Siempre desconfié de esta leyenda. Desde esa fecha hasta su muerte, mes y medio después, y a despecho de la vigilancia policial que los militares le habían impuesto, el escritor vasco no dejó de ser acompañado y protegido por admiradores falangistas. Su entierro, el día de año nuevo de 1937, se convirtió en un homenaje de Falange a su memoria. Porque Falange Española adoptó amorosamente a Unamuno. En mi biografía de don Miguel (Taurus/Fundación Juan March, 2012), aduje que, en la fotografía tomada a la salida del paraninfo, el anciano rector aparece rodeado de jóvenes falangistas que cantan o gritan consignas brazo en alto, pero no lo acosan ni intimidan. Más bien parecen darle escolta. ¿De quién o quiénes lo protegen? Obviamente, del general Millán Astray y de sus legionarios.”

En capítulos ya publicados hemos visto que el día en el que murió Unamuno estaba acompañado por el joven profesor falangista, Bartolomé Aragón, y que el día de su entierro su féretro fue llevado a hombros por falangistas. 

Barbadillo lo resume así:

“A las cuatro y media de la tarde del 31 de diciembre, mientras el viento frío sacude las maderas de las casas, el profesor Bartolomé Aragón, falangista, visita a Unamuno en su casa. Éste lo primero que hace es agradecerle que no vaya vestido con camisa azul y luego pronuncia un monólogo trabado de recuerdos y de opiniones sobre lo español y los españoles. Hablan un poco más. Aragón dice: "La verdad es que a veces pienso si no habrá vuelto Dios la espalda a España disponiendo de sus mejores hijos."

Una versión de esos dos últimos días la podemos leer en el artículo de El Español  “80 años de su fallecimiento. Las horas finales de Unamuno: "España no puede perderse", gritó. Y murió.”, en el que se constatan las relaciones con los falangistas eran notables. 


En las próximas entradas analizaremos en profundidad las distintas versiones de muchos autores del conocido enfrentamiento que Unamuno mantuvo con Millán Astray, lo que hubo de verdad y lo que interesadamente se ha contado.

9 de septiembre de 2017

Mienten y Mienten Mal

      Entre desconcertante y penoso resultan todas las torpezas cometidas últimamente por Puigdemont, presidente de la Generalidad, Forn, consejero de Interior y, Trapero, responsable de los Mozos de Escuadra. No es de recibo el mentir tan burdamente pretendiendo distorsionarlo todo y tergiversando los hechos en lugar de asumir las realidades.

 ( El Periódico de Catalunya publicó una transcripción del aviso)
Hasta para desvirtuar lo que está sucediendo, es preciso disponer de cierta inteligencia y no actuar tan zafiamente como lo hicieron los tres altos cargos citados anteriormente, quienes tras la comisión de semejantes errores terminaran siendo repudiados por la ciudadanía catalana en base a sus torpes e interesadas intenciones.

Una vez más ha tenido que ser un medio, en esta ocasión “El Periódico de Cataluña” quien levantó y publicó que la policía autonómica había recibido el pasado mayo una alerta sobre el reciente atentado del Estado islámico en Barcelona y para más detalles en La Rambla. Circunstancia que descaradamente negó por dos veces Puigdemont con la absurda arrogancia que le caracteriza, cuyos detalles han sido ampliamente difundidos en todos los periódicos nacionales y extranjeros.

Ahora y para intentar salvar las sucesivas meteduras de pata, la ANC tiene previsto en los actos de la próxima Diada, la utilización de las victimas de los atentados yihadistas dedicándoles un cínico recuerdo, lo que no hicieron en la manifestación del sábado anterior, en la que sólo contemplaban el insultar e increpar al Rey, presidente del Gobierno y restantes autoridades.

Mención aparte y para sumar al catálogo de desdichadas ocurrencias de su peculiar “proceso” de desconexión, la Hacienda catalana, desde el 1º de septiembre, se ha planteado el rentabilizar su sistema informático creado para gestionar la recaudación de todos los impuestos generados en su territorio, a través de una docena de nuevas oficinas. Curiosa circunstancia cuando se trata de una comunidad que lleva años siendo asistida por el FLA.

Cataluña puede recaudar todos los tributos, pero a condición de ingresarlos en plazo al Estado. La experiencia habida durante la etapa de Arturo Mas, no fue especialmente beneficiosa por su nefasta gestión. Conviene recordar que con su “bono basura”, tiene cerrado el acceso al crédito según las agencias de calificación. Desde hace cierto tiempo y ahora ya con mayor asiduidad, tenemos que soportar las consabidas amenazas de la celebración del referéndum el 1º de octubre orquestado por el Gobierno catalán y la correspondiente contestación del Ejecutivo español de que tal consulta jamás verá la luz.

El dilema se centra actualmente en que los independentistas ya no pueden frenar su proyecto, ni el Gobierno tolerar más revolcones si se saltan la Ley descaradamente, lo que obliga a dar una respuesta contundente, siendo el contenido de dicha respuesta la verdadera incógnita. Tal estado de inestabilidad requiere una pedagogía por parte del los dirigentes populares explicando las posibilidades existentes para solucionar la disyuntiva que en este caso son dos: imposición de la Ley de Seguridad Nacional en Cataluña, como medida excepcional para garantizar la defensa de España y sus valores constitucionales, o bien la aplicación del artículo 155 de la Constitución, cuyo contenido resumido indica: “Que si una Comunidad Autónoma no cumpliera las obligaciones de la Constitución o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación de la mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones”.

Rajoy, al parecer, ya comienza a percibir en ciertos sectores del PP y otras fuentes, que se impone un “gesto de autoridad” por su parte y no les falta razón. Los ciudadanos se sienten hartos de tanta chulería secesionista, postura inaguantable dado que entre otros motivos, España no se puede permitir el lujo de otro bochorno como el del 9-N. ¡¡Tiempo al tiempo!!

José-Tomás Cruz Varela.

4 de septiembre de 2017

OSCURO Y COMPLEJO PANORAMA

Un gran artículo el de hoy de nuestro colaborador José-Tomás Cruz Varela en el que se hace eco del sentir mayoritario del pueblo español  tras los tristes acontecimientos de Barcelona. Basta leer para asentir… y pensar en la zozobra del futuro.

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OSCURO Y COMPLEJO PANORAMA
(De mi puño y tekla)

     Esto es lo que se nos avecina. La manifestación celebrada en Barcelona el pasado sábado, constituyó, entre otras razones, una clara demostración de odio y desprecio hacia el Gobierno español y sus representantes, apoyado y orquestado por las organizaciones independentistas perfectamente adiestradas y con sus miembros estratégicamente ubicados para increpar al Rey y restantes autoridades. Su misión, triste y vergonzosamente lograda, consistió deleznablemente en convertir una marcha contra el terrorismo yihadista en un acto de pobre propaganda política tendente a exacerbar el ambiente de cara a la próxima Diada y posterior celebración del referéndum del 1º de octubre.

   Los sonoros pitidos e insultos al Rey y al Gobierno de España resultaron grotescos, quedando perfectamente claro que para los colectivos de soberanistas y antisistema, espoleados por la CUP, el dolor por los muertos y heridos en el reciente atentado fue nulo, inexiste. Sobraba el debate sobre la asistencia del Monarca dado nada aportaba. La encerrona estaba más que anunciada y el Rey ocupó el lugar que le correspondía junto a las autoridades del Estado. Solo faltaba que el secesionismo decidiera como deben proceder las instituciones democráticas que rigen en nuestro país.

   La bastarda pretensión de acusar al Rey y al Gobierno como corresponsables de las matanzas por el mantenimiento de relaciones bilaterales con Arabia Saudí es todo un despropósito. Los textos de las pancartas que fueron exhibidas resultaron de lo más mendaz, siendo justificadas por el resentido Pablo Iglesias (Podemos) como “Libertad de expresión”. El hecho de que la asistencia la concentración fuese más limitada que en otras convocatorias, según comentario generalizado, obedeció a que se sabía que la cita manifestación iba a estar totalmente manipulada, por lo cual muchos barceloneses decidieron acertadamente no participar.

   Como siempre sucede. La alegría en la casa del pobre es efímera. El presidente de la Generalidad, con su actitud cínica, inicialmente y tras producirse los atentados, priorizó su actividad en volcarse con las victimas y la colaboración con el Gobierno lo que es loable. Gesto de escaso recorrido, dado que a partir del viernes 25, retomó la defensa a ultranza del referéndum, alardeando de la adquisición  de más de 6.000 urnas y acusando ridículamente al Ejecutivo español de hacer política con la seguridad.

   En paralelo y obviando la agresividad de Puigdemont, Rajoy pretendió contemporizar con el Gobierno catalán en lugar de ratificarse con todo rigor que no habrá celebración de consulta alguna, motivo  por la cual el líder catalán está totalmente dispuesto a imponer su plan soberanista por encima del interés general del Estado y a cualquier precio.

    La postura de Rajoy de eludirlo casi todo, defendiendo su criterio en la gestión de la crisis terrorista, ha generado una vez más controversias de todo tipo, originado en este caso por el papel secundario desempeñado por el Estado. Comportamiento muy criticado públicamente por los sindicatos de la Policía y la Guardia Civil. Su indesión tiempo ha que hastía a los ciudadanos.. Ya está bien de aguantar descalificaciones por parte de Puigdemont y otros miembros de su Gobierno. Con sus inoportunas lisonjas a la labor desarrollada por los Mozos de Escuadra, lo único conseguido es el desafecto de los citados Cuerpos de Seguridad. Un presidente de Gobierno representa a todos los ciudadanos, lo que debería impedirle soportar tanta afrenta e insistir hasta la nausea que el tan cacareado referéndum catalán no pasa de ser una pura utopía que jamás se celebrará. La mencionada Diada está a la vuelta de la esquina y supondrá la última traca en la cual se volcará La Generalidad  y colectivos separatistas afines para abuchear al Gobierno y cubrir Barcelona con esteladas reclamando La República, con la seguridad de que la asistencia duplicará el número de personas que acudieron a la manifestación del sábado 26-A…..¡¡Tiempo al tiempo!!

Atentamente.

José-Tomás Cruz Varela