11 de junio de 2012

¿Son los funcionarios una clase privilegiada de ciudadanos? (y II)

Anteriormente publicamos unas reflexiones  sobre el funcionariado, anunciando la carta que hoy presentamos y cuyo autor desconocemos. Lo importante es el mensaje que nos deja. Y así dice:


"Resulta que en la década prodigiosa del pelotazo, cuando media España se lo llevaba caliente a casa, cuando un encofrador sin estudios se embolsaba tres mil euros, cuando hasta el último garrulo montaba una constructora y en connivencia con un par de concejales se forraba sin cuento, cuando un gañán que no sabía levantar tres ladrillos a derechas se paseaba en Audi, los funcionarios aguantaban y penaban. Nadie se acordaba de ellos. Eran los parias, los que hacían números para cuadrar su hipoteca, hacer la compra en el Carrefour y llegar a fin de mes, porque un nutrido grupo de compatriotas se estaba haciendo de oro inflando el globo de la economía hasta llegar a lo que ahora hemos llegado.

Y ahora que el asunto explota y se viene abajo, la culpa del desmadre… es de los funcionarios. Los alcaldes, diputados y senadores que gobiernan la cosa pública a cambio de una buena morterada no son responsable de nada y nos apuntan directamente a nosotros: somos demasiados, hay que ultracongelarnos, somos poco productivos. Los responsables bancarios que prestaron dinero a quienes sabían que no podrían devolverlo tampoco se dan por aludidos. Todos los intermediarios inmobiliarios, especuladores, amigos de alcalde y compañeros de partida de casino de diputado provincial no tenían noticia del asunto. Nosotros sí. Como diría José Mota: ¿Ellos? No. ¿Nosotros? Sí. Siendo así que ¿ellos? No. Por tanto, ¿nosotros? Sí.

La culpa, según estos preclaros adalides de la estupidez, es del juez, abogado del estado, inspector de hacienda, administrador civil del estado que, en lugar de dedicarse a la especulación inmobiliaria a toca teja, ha estado cinco o seis años recluido en su habitación, pálido como un vampiro, con menos vida social que una rata de laboratorio y tanto sexo como un chotacabras, para preparar unas oposiciones monstruosas y de resultado siempre incierto, precedidas, como no podía ser de otra forma, de otros cinco arduos años de carrera. Del profesor que ha sorteado destinos en pueblos que no aparecen en el mapa para meter en vereda a benjamines que hacen lo que les sale de los genitales porque sus progenitores han abdicado de sus responsabilidades. Del auxiliar administrativo del Estado natural de Écija y destinado en Barcelona que con un sueldo de 1000 euros paga un alquiler mensual de 700 y soporta estoicamente que un taxista que gana 3000 le diga joder, que suerte, funcionario.

La culpa es nuestra. A poco que nos descuidemos nosotros los funcionarios seremos el chivo expiatorio de toda una caterva de inútiles, vividores, mangantes, políticos semianalfabetos, altos cargos de nombramiento digital, truhanes, pícaros, periodistas ganapanes y economistas de a verlas venir que sabían perfectamente que el asunto tarde o temprano tenía que petar, pero que aprovecharon a fondo el momento al grito de ¡mientras dure dura! y que ahora, con esa autoridad que da tener un rostro a prueba de bomba, se pasan al otro lado del río y no sólo tienen recetas para arreglar lo que ellos mismo ayudaron a estropear, sino que, además, han llegado a la conclusión de que los culpables son... tachan...los funcionarios.

Soy funcionario. Y además bastante recalcitrante: tengo cinco títulos distintos. Ganados compitiendo en buena lid contra miles de candidatos. ¿Y saben qué? No me avergüenzo de nada. No debo nada a nadie (sólo a mi familia, maestros y profesores). No tengo que pedir perdón. No me tocó la lotería. No gané el premio gordo en una tómbola. No me expropiaron una finca. No me nombraron alto cargo, director provincial ni vocal asesor por agitar un carnet político que nunca he tenido.

Aprobé frente a tribunales formados por ceñudos señores a los que no conocía de nada. En buena lid: sin concejal proclive, pariente político, mano protectora ni favor de amigo. Después de muchas noches de desvelos, angustias y desvaríos y con la sola e inestimable compañía de mis santos cojones. Como tantos y tantos compañeros anónimos repartidos por toda España a los que ahora algunos mendaces quieren convertir, por arte de birli-birloque, en culpables de la crisis.

Amigos funcionarios, estamos rodeados de gente muy tonta y muy hija de puta.

PD. Si alguien, en cualquier contexto, os reprocha -como es frecuente- vuestra condición de funcionario os propongo el refinado argumento que yo utilizo en estos casos, en memoria del gran Fernando Fernán-Gómez: ¡váyase Usted a la mierda, hombre, a la puta mierda!.

Si eres funcionario pásalo a toda España.Si no lo eres y no estas de acuerdo, ¡váyase usted a la mierda!
 Se  podrá estar de acuerdo en parte o en todo con esta carta, pero al menos un reconocimiento a la sinceridad y a la claridad sí que se merece. Que ustedes la disfruten.

19 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo con se funcionario. Sólo dice verdades como puños.

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  2. Miro por encima el texto y no veo por ninguna parte la palabra "Zapatero". Sorprendente.

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  3. Bueno y ahora que me lo leo por encima te digo:

    1. No eres mejor que nadie por hacerte sacado unas oposiciones.
    2. No eres ni más necesario ni más util que los demás por ser funcionario.
    3. Ser el mejor en unas oposiciones no tiene porqué darte acceso a un puesto de por vida, cuando simplemente no se te puede pagar.
    4. Hay servicios que ahora no se pueden mantener.
    5. Hay infinidad de funcionarios que solo estan para tocarse las bolas y robar del erario público.
    6. No tienes ni más talento ni más vocación que nadie por el mero hecho de haberte pegado la chapada padre.
    7. No eres el centro del mundo ni perteneces a ninguna casta especial que debe ser protegida.


    Dicho todo por un aférrimo defensor de la gestión pública de los servicios públicos.

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    1. Mejor sería que no lo leyeras por encima. No tiene ningún desperdicio el documento.
      1. Y te respondo, yo también como funcionario:
      Nadie piensa, o por lo menos yo, que soy mejor que nadie por aprobar unas oposiciones. Eso lo creen muchos otros que no son funcionarios.
      2. Soy necesario en mi puesto de trabajo, igual que cualquier otro, porque si no realizáramos este trabajo seguro que te quejarías más por tener menos servicios.
      3. Seguro que es mejor pagar a subsecretarios de secretarios, a ayudantes de vicepresidentes... que a los funcionarios de a pie que estamos todos los días dando servicio a los ciudadanos: educación, sanidad... y que seguro que no quieres perder.
      4. Y si no son necesarios que los quiten, pero si lo son, que no los quiten o los cercener POR FAVOR.
      5. Yo personalmente lo de tocarme las bolas va a ser que en la intimidad de mi casa puede ser, pero que cuando trabajo, que estoy de cara al público, evito tocamientos personales y lo de robar, pues ya ves, ni te contesto porque creo que el sueldo base que nos pagan es de risa para el servicio que damos. Es mejor pagar mucho más a un albañil que pone los ladrillos torcidos, sin camaras de aire en los pisos, con goteras al poco tiempo de vivir... y con todo mi respeto a los albañiles, que es un ejemplo, porque el que se lo lleva bien calentito es el señor "constructor/albañil" con esos precios tan económicos que ponen en sus viviendas.
      6. No sé si tendré más talento o más vocación, pero dice mucho más lo de pegarme la chapa (interés, esfuerzo, ilusión...)que estar a verlas venir o a ver si me soluciona otro la papeleta.
      Además si tan fácil lo ves, pues nada, a pegarse la chapada y a ver si tienes suerte y lo consigues, porque esto de las oposiciones está al alcance de dualquiera en función de tus intereses, deseos, titulaciones...
      7. No soy el centro del mundo. Si el centro de mi vida y dejame vivirla como quiera. La casta si es especial porque mis padres son muy especiales, por lo menos para mí, así que déjame sentirme de casta especial sólo por la admiración que le tengo a mi familia.

      Después de contestarte a todo lo que has expuesto, lo de "aférrimo defensor" de la gestíon pública déjame que lo ponga entre comillas por lo menos.
      Y te lo digo porque sin los funcionarios, ya me contarás tu como irían muchos sectores de la sociedad: SANIDAD, EDUCACIÓN...
      Dejemos de demonizar a los funcionarios y vayamos a por el mal endémico de este país. Y el mal endémico es..................

      Te dejo que le pongas tú mismo el nombre y los apellidos

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    2. Ya te han contestado y bien. A los funcionarios se les envidia y se cree que son vagos de remate pero no los imitan haciendo la oposición. ¿Conoces algun estado moderno sin funcionarios? Si crees que puede funcionar alguno sin los qeu criticas, proponlo en las proximas elecciones

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    3. Esta es la típica respuesta que solo puede esperarse de un ESPAÑOL.

      Saco la oposición, luego pertenezco a una casta especia, luego me envidian. PUES NO.

      Me suena igual que lo de los pisos: los pisos estan caros y es una locura, me hipoteco, QUE SUBAN Y SUBANL LOS QUE NO HAN ENTRADO QUE SE JODAN.

      Sí que creo en la sanidad y en la educación pública, pero no creo que un bedel ni un administrativo tengan que tener plaza de nada. Las oposiciones tienen que ser para jueces, médicos, etc... cuya aportación a la sociedad es vital.

      En otros paises desarrollados de verdad, los ayuntamientos funcionan por gestores profesionales, no por GARRAPATAS ENCHUFADAS ni concejales que no saben hacer la O con un canuto, como por ejemplo ocurre en este PUEBLO.

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    4. "Dejemos de demonizar a los funcionarios y vayamos a por el mal endémico de este país. Y el mal endémico es..................

      Te dejo que le pongas tú mismo el nombre y los apellidos"


      LOS ESPAÑOLES

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  4. En el vértigo del constante chorro de "información" con el que nos bombardean los medios, es imposible encontrar un análisis serio y reposado de lo que está pasando, y se pierde la perspectiva, que es lo más importante para acercarse a la realidad. Este artículo del catedrático torres lopez describe con absoluta claridad lo que ha ocurrido en la última década.

    http://juantorreslopez.com/impertinencias/3734/

    DEBÉIS LEERLO.

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  5. Un funcionario no es ni mejor ni peor que otro profesional no funcionario, ni tiene que estar mejor o peor preparado, pero lo cierto es que el funcionario ha demostrado mayor preparación que otros que se presentaron con él a las oposiciones.
    Muy gracioso ese que dice que se pueden echar a funcionarios por no poder pagarlos, ¿no sería mejor echar a todos los políticos ineptos que han arruinado esta nación?
    De todos los jefes chupones y manirrotos de las Cajas de Ahorros, ¿A cuántos han echado? Y de sus mismos empleados, ¿les echarán por no poder pagarlos con lo mismo que a los funcionarios? ¿Qué culpa tiene un funcionario de la quiebra de un Banco o Caja de Ahorros?
    Mucha pasión y poca inteligencia para solucionar problemas

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  6. conozco funcionarios de todas las clases y los hay buenos y malos como en cualquier sitio, y me fio más de un funcionario profesional de carrera que de otro profesional que no lo es. Se nota mucha envidia de los funcionarios porque solo se ven algunas de las coas buenas, y alguna ignorancia como ese que nos cuenta que hay que echar a funcionarios, pues que empiecen:
    que quiten a los maestros y profesores de instituto y de universidad, y a todos los que tengan que ver con esto.
    que quiten a médicos y enfermeras y veterinarios y farmacéuticos
    que quiten a policías y guardias civiles y militares
    que quiten a jueces y magistrados
    que quiten a todos los inspectores de Hacienda
    que quieten a ingenieros de montes y agrícolas del Estado

    ¿Seguimos quitando? o por dónde empezamos

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  7. Según ese articulo que recomiendan,
    http://juantorreslopez.com/impertinencias/3734/

    mejor seria dejar que se hundan bancos o cajas de ahorros mal gestionadas y que la Justicia actue contra los culpables.

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  8. En este ambiente de discusión algo acalorada sobre los funcionarios, es recomendable la lectura de un artículo de María Tardón "Reforma de la administración. A despedir funcionarios...", publicado el día 5 de los corrientes en la sección de "Opinión" , Op-Blogs de El Mundo, del que transcribiré una parte, pudiendo leerse completo mediante el enlace.
    Sigue...

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  9. "No hay día que no aparezca en cualquier medio la opinión de algún reputado comentarista, financiero o empresario más o menos conocido, exigiendo, como remedio mágico contra la crisis, el despido de no sé cuántos miles de funcionarios.

    Son -somos- muchos, dicen. Y poco productivos, además. Un cáncer que lastra la economía española. Y, por eso, advierten: o adelgazamos la Administración Pública, o nos vamos a pique.

    Así que, al final, de que la prima de riesgo se dispare a un diferencial inasumible para cualquier Estado, de los problemas de nuestro sistema financiero, o de las inmensas bolsas de fraude, por ejemplo, vamos a tener la culpa los policías, los médicos, inspectores de Hacienda, maestros, administrativos, jueces y hasta los mismos bomberos.

    Todos tenemos en común que nuestras nóminas las pagan las distintas administraciones públicas, claro. Pero también que hemos obtenido nuestros trabajos después de muchos años de sacrificio. De estudio, de encierro, de preparación de dificilísimas oposiciones a las que hemos concurrido, compitiendo por una plaza, en buena lid, con otros cientos, -o miles- de candidatos también sobradamente preparados.

    Tiene gracia esa expresión tan corriente de que ahora estamos pagando el hecho de que, en los años de bonanza, los españoles hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades. Alguien debió llevarse la parte de esa riqueza 'extra' que jamás revirtió en los funcionarios."
    Sigue...

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  10. "No eran, desde luego, funcionarios, los que, entonces, se enriquecieron con las enormes comisiones y beneficios de todo tipo que generó una tan incontrolada como ingente gestión inmobiliaria. O por los tantísimos créditos injustificados que concedieron bancos y cajas de ahorros, por ejemplo.

    Nunca, ni en los mejores tiempos, los empleados públicos hemos obtenido subidas de sueldos por encima del IPC. Al contrario. Los Gobiernos de turno siempre encontraban todo tipo de obstáculos para impedir que pudiéramos recuperar un poder adquisitivo tantas veces perdido.

    Y desde que estalló -o se reconoció- la crisis, también nosotros hemos venido sufriendo, no ya la congelación, sino la reducción de nuestros salarios. El aumento de las horas y de la cantidad de trabajo. La supresión de oposiciones, y el estancamiento, la reducción, incluso de las plantillas.

    No conozco ningún colectivo de empleados públicos que no piense que en nuestras Administraciones hay muchas cosas que reformar para ser lo bastante eficaces como para responder a las exigencias de un Estado moderno y civilizado como queremos que sea España hoy, y en el futuro...

    Y puedo asegurar que a nadie perjudica más un funcionario vago, absentista o desleal, que a sus propios compañeros. Porque pueden sufrir las consecuencias de su desidia y tienen que encargarse, además, del trabajo que él no hace.

    Hagamos lo necesario, por tanto, para evitar que estos comportamientos queden impunes. Y dejemos de arrojar sobre todos los funcionarios, con generalizaciones injustas y debates tramposos, la sombra de una descalificación y una responsabilidad, que no es nuestra."

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  11. A VUELTAS CON EL CAINISMO. BUSCAR AL CULPABLE
    Es curioso que sea en época de crisis cuando mejor se patentiza lo que hay en nosotros de más noble y también lo que hay de más vil. Nada de extraño tiene que en tiempos en los que la incultura era moneda corriente se intentara arrojar sobre alguna minoría (étnica o no) la responsabilidad de plagas y desgracias.

    Estamos asistiendo en nuestra sociedad a ejemplos de solidaridad admirable. Son las familias que se movilizan para echar una mano a los miembros sobre los que se ceba el infortunio. Son los abuelos que ponen a disposición de sus hijos y nietos el escaso capital que a lo largo de su vida han logrado reunir, incluyendo en el fondo de rescate su casi siempre menguada pensión. Son los padres que acogen a sus hijos en casa sin ser Navidad, cuando estos regresan impelidos por la penuria. Son los amigos que renuncian a una parte de su peculio para intentar paliar una situación que empieza a ser de miseria. Son los comedores sociales, regentados por entes beneméritos, que intentan ayudar con medios cada vez menos adecuados a una población de nuevos pobres cuyos conocimientos sobre pobreza casi siempre habían sido teóricos.
    (Sigue)

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    1. Y no te queda nada por ver:

      HAMBRE Y EMIGRACIÓN.

      HAMBRE.

      SI SI, HAMBRE.

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  12. Frente a estos casos que a todos admiran están las actitudes de quienes necesitan de culpables sobre los que hacer descargar la rabia que la situación engendra. Sabido es que si se tira por elevación es en la práctica como si la pólvora se gastara en salvas. Despotricar contra banqueros y políticos puede servir como motivo en las tertulias de la radio, calle o de bar. Los más comprometidos políticamente pueden tener claro que son los políticos del otro bando (casi nunca los del propio) los responsables de la situación. Se puede coincidir en que los banqueros son culpables pero a los banqueros los necesitamos todos, incluidos los partidos. No queda más remedio que contemporizar y al final un gran banquero puede ser elogiado por el político de turno (aunque éste sea de izquierdas) y viceversa. También a los banqueros les conviene estar a bien con el poder, del que no dejan de ser parte. Todo esto nos lleva a que salvo que se tenga un compromiso revolucionario o antisistema lo normal es que la mayoría acabemos transigiendo con el hecho de que políticos y banqueros se auxilien mutuamente y que si en algún momento se les penaliza judicialmente siempre nos quedará París. París naturalmente es en este caso el indulto. La política del indulto obedece sin duda a una ley no escrita que en román paladino pudiera rezar "hoy por ti y mañana por mí". Esta situación en la que la ira quiere desatarse y no tiene un objetivo practicable en quien descargar debe sin duda encontrar su vulnerable chivo expiatorio.

    Hay unas personas, llamadas funcionarios, a las que en tiempos de bonanza podían pasar desapercibidas porque la estabilidad en el empleo no suponía problema para la mayor parte de los trabajadores. Además el sueldo tampoco era gran cosa en la mayoría de los casos. Podía darse el caso de que las familias consideraran la profesión poco adecuada para sus hijos, salvo si se desempeñaba un alto cargo. Eran objeto de chistes fáciles que aludían a su poca productividad pero a la mayoría quedaba claro que era preferible un empleo cuya compensación no tuviera por qué ajustarse al IPC. Pero he aquí que con los años las circunstancias fueron variando. Algunos cuerpos de funcionarios dejaron de merecer tradicional conmiseración, aunque ello no impidió que siguiera habiendo muchos funcionarios mileuristas.

    Llegada la actual situación puede discutirse si el número de funcionarios se ha sobredimensionado o que muchos hayan entrado en la Administración de forma irregular sin cumplir con los requisitos legales. Atribúyase la situación a corruptelas de los políticos, siempre dispuestos a aumentar su base clientelar. Si ello se revela necesario ábrase la vía al posible despido de trabajadores de la Administración. Pero mientras eso llega déjese de acosar a unas personas que no son responsables de la situación económica. Si no se tiene valor para enfrentarse al poder, déjese de buscar el chivo expiatorio alternativo. Pudiera descubrirse que lo que en el fondo subyace es un sentimiento de envidia cainita que necesita de víctimas propiciatorias que lo retroalimenten.

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  13. Los funcionarios no pueden ser el pim-pam-pum de esta sociedad en crisis por mucho que alguno lo intente culpabilizándolos inmerecidamente como muy bien lo han expuesto anteriores participantes de este blog. Yo no soy funcionaria, pero tengo familiares que lo han sido y que lo son ahora mismo y conozco sus esfuerzos para serlo y las penurias después de aprobar unas oposiciones que siempre son difíciles. Además en ese concepto de funcionario entran profesiones muy diferentes y todas necesarias para nuestras vidas. Muchos de los que los critican todavía se imaginan a los funcionarios con un mandil, unos manguitos en los antebrazos, gafas caídas y visera tras el cristal de una ventana dando o recogiendo impresos y poniendo pólizas y sellando innumerables documentos y mandando volver al día siguiente por tener que cerrar para ir a almoarzar. He podido constatar en los escritos anteriores que me imagino sean de funcionarios una corrección exquisita en sus opiniones y hasta una redacción más propia de escritores avezados que de simples funcionarios, y eso dice mucho en su favor al responder con argumentos a simples insidias envidiosas, y una muestra más de su preparación.
    Mi enhorabuena a los “anónimos”, a Chemaranda y a Duerobajo. Ha sido un placer participar, y espero que no sea la última vez que lo haga.

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  14. Los funcionarios no son el pim-pam-pum de nada, sólo son otro sector más castigado por el REAJUSTE A LA REALIDAD que hay en este país.

    Reajuste que va a traer un país más corrupto, más dividido y siervo de la oligarquía político/empresarial ya que lo único que se oye rebuznar a la gente es QUÉ HAY DE LO MÍO.

    Durante estos años de crisis lo único que se ha visto en los ayuntamientos es preocupación por los puestos de los ENCHUFADOS, dejando la utilidad de las inversiones para la sociedad en un cuarto o quinto lugar. Dije quinto?? En ningun lugar, el retorno no le ha importado a nadie Y SIGUE SIN HACERLO.

    Si hubiese más deuda pública para poder robarnos, seguirían haciendo más aeropuertos, más museos de superarquitectos estrella, más ignauguraciones pantagruélicas, o más TRENES DE ALTA VELOCIDAD ARANDA-SORIA.


    PALETOS DE MIERDA!!!!!!!!!!!!

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