15 de abril de 2021

IGLESIAS Y SUS CAPRICHOS

 Dice José Tomás Cruz Varela en su carta de hoy que el Ex Vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias no ha sido "buen currante" en las funciones asignadas al cargo que ostentaba. Han pasado ya los días suficientes para que alguien evaluara su trabajo y parece ser que a nadie le ha interesado reseñar los aspectos negativos predominantes sobre los positivos si es que hubo alguno. Sin embargo, el dirigente de PODEMOS  se ha mostrado diligente en pedir la indemnización que en otros casos censuraba. Y es que las hipotecas bancarias no perdonan ni a los de la casta ni a los “castucia”…

A la incoherencia anterior se suma un problema que puede crear precedentes: ¿En base a qué se indemniza a quien voluntariamente  dimite de un puesto cualquiera para ir a ocupar otro diferente sin relación con el anterior? ¿Es ético y legal calificar y  compensar como cese lo que es una simple y voluntaria dimisión? El tiempo nos dirá lo que las leyes dicen...

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 IGLESIAS Y SUS CAPRICHOS

(De mi puño y tekla)

 Tal como afirman en su peculiar partido, a Pablo Iglesias, eso de currar “no le mola”. Algo que quedó demostrado desde que comenzó a ejercer de vicepresidente, pero eso sí, la pasta gansa le enloquece. De ahí que nada más abandonar el cargo, su primera gestión consistió en reclamar una indemnización de 5.316 euros mensuales, algo que viola el Código Ético de Podemos que prohíbe recibir remuneraciones tras abandonar los cargos…

No obstante, conviene matizar que el vallecano Barón de Galapagar y su señora esposa, han acopiado en tiempo record un patrimonio difícilmente alcanzable con las limitaciones marcadas por el partido, léase “Unidas Podemos”. Obviamente algo de lo que la noble pareja se mofa.

Que nadie se equivoque. El hecho de que Iglesias repudie el trabajar no impide ni decide que lo hagan sus trabajadores. Varios de los cuales, por ejemplo, acudan con sus familias a un mitin de Vox siendo apedreados por unas turbas de descerebrados que Iglesias y los suyos alaban como valerosos antifascistas.

Al Barón del Moño le gusta la violencia y presume de ello, si bien le falta valor. De ahí que siempre se desplace protegido, antes por militantes y ahora por escoltas.

Absurdamente, algunos critican que Isabel Díaz Ayuso se apropie de la palabra “libertad” para su campaña. Pero ahora ese eslogan cobra todo su sentido. Ya no se trata de elegir colegio o médico, o que los comercios abran los domingos. Ahora se trata de algo tan básico como poder estar en la calle sin miedo. Madrid es una ciudad abierta y la izquierda quiere cerrarla. A Ayuso se lo han puesto a huevo,  como corresponde.

Atentamente.

José-Tomás Cruz Varela

Ex Director de RR.HH. Málaga.

(Con el ruego de su publicación en la sección de “Cartas al Director”)

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