10 de enero de 2020

Progresar en Bachillerato sin olvidar la Formación Profesional

Tras la publicación del informe anual “Panorama de la educación”  de la OCDE, muchos los medios de comunicación se han hecho eco de su estudio con mayor  o menor fortuna. Si importantes son algunos datos que exponen, no lo son menos ciertos contenidos que omiten.


“… parece felicitarnos por un dato en el que hemos conseguido ponernos a la altura del resto de países desarrollados: la tasa de graduación en segunda etapa de Educación Secundaria (Bachillerato) ha aumentado de tal forma que ya casi estamos en la media europea.

Si justo antes de la crisis, en el año 2005, el porcentaje de graduados en España era del 56%, en el año 2017 se encuentra en el 81%. Un sensible avance consecuencia de la crisis, ya que, como recuerda el informe, “obtener una titulación de segunda etapa de Educación Secundaria es uno de los requisitos necesarios para el acceso al mercado laboral en la mayoría de países de la OCDE”. Pero aún nos encontramos lejos de la media, que se encuentra en un 86%, tanto en la Unión Europea como en los países desarrollados… ”.. Aún quedaría un 19 % por obtener esa titulación…

Se destaca también que la diferencia de sueldo entre un trabajador  con grado y  otro sin él es del 52% mientras que en el resto de países de la UE es del 38%,  y que el desempleo se mitiga con educación: la tasa de paro es del 21% para los que no tienen Bachillerato,  14% para los que lo tienen y un 8%  para los que cuentan con  enseñanza superior.


“La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha vuelto a dar un tirón de orejas a España por su elevado porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan, los denominados ninis… donde hay territorios como Melilla donde el 30% de la población juvenil de entre 18 y 24 años es nini, mientras que en otras regiones, como el País Vasco, este porcentaje llega sólo al 9,9%. En Ceuta (23,2%), Canarias (21,4%), Andalucía (20,7%) o Extremadura (20%) se duplica la tasa vasca”.

España mejoró en la estadística de los ninis (ni estudian ni trabajan) desde la crisis hasta 2014,  pero desde ese año no lo ha hecho tanto.  En cuanto  al abandono escolar temprano y aunque  aún elevado  (17,9%) en comparación con la zona UE (10%) la distancia se ha ido reduciendo.

El Informe de la OCDE lo presentó Alejandro Tiana,  secretario de Estado de Educación en funciones  y  ha recordado que los ninis lo son a su pesar: “Es decir, no es que no hagan nada porque quieran, sino porque no pueden. De ese 20,2%, el 12% está buscando empleo y sólo el 8,2% permanece inactivo, porcentajes similares a los de la OCDE. El problema es que no encuentran el trabajo que están buscando”. Y añadió que el “El título de Bachillerato es uno de los requisitos necesarios para el acceso al mercado laboral en la mayoría de los países de la OCDE”. Por eso los estudiantes españoles se han percatado de su importancia y han aumentado cinco puntos en esa titulación desde 2010 hasta 2017, mientras que  ha permanecido estable en los demás países.

Visto lo anterior podríamos preguntarnos si ese notable salto cuantitativo en títulos de  Bachiller se ha producido sin pérdida del nivel  formativo o si se ha rebajado para incluir mayor cantidad de estudiantes. Se conocen las diferencias regionales en cuanto al número  de ninis  e incluso sobre el abandono escolar temprano, pero se omiten informaciones sobre una posible desigualdad de nivel de Bachillerato. Sabemos que la única prueba objetiva externa que mide conocimientos y capacidades es el Informe PISA  sobre la E.S.O. y dado que detecta grandes contrastes, induce a pensar que se mantengan  en Bachillerato con el riesgo de agrandarse. 

Si esas diferencias no existieran podría establecerse una prueba única y común de acceso a la Universidad en vez de mantener las diecisiete actuales. Curiosamente obtienen mejores calificaciones en esos exámenes los alumnos de las autonomías que en PISA obtienen perores resultados. ¿Se quieren tapar algunas vergüenzas de un sistema educativo mejorable?

Se anima,  por otra parte,  a incrementar el número de titulados en Bachillerato sabiendo que no todos los alumnos pueden superar los mínimos,  bien por deficiencias propias o carencias de distinta  índole como apunta el artículo “El Estado desampara a miles de bachilleres que necesitan apoyo escolar. El sistema prioriza las ayudas en la etapa obligatoria y los 11.700 alumnos de bachillerato con necesidades especiales quedan a la suerte del Gobierno regional y de su centro”. 

Basta con leer los comentarios del profesor Andreu Navarra contenidos en  “La educación actual ha convertido al docente en un monitor de tiempo libre” para intuir  que los niveles han bajado y se estuviera imponiendo involuntariamente un aprobado generalizado que salve las estadísticas.

Son llamativas las palabras de  Alejandro Tiana respecto de los ninis  cuando dice que  lo son a su pesar porque no pueden hacer más y que más de la mitad de ese 20% busca empleo, “pero no encuentran el trabajo que están buscando”, sin preguntarse para qué trabajos están preparados, y si el nini ha de adaptarse al puesto o el puesto al nini.

  Y todos parecen olvidarse, pues de ella no se acuerdan,  de que la  Formación Profesional es un poderoso medio de acceso al trabajo, mayor incluso que el proporcionado por un  título de Bachiller que abre la puerta a la Universidad o a Ciclos Formativos de Grado Superior. Se conoce desde hace años la urgente necesidad de  un cambio estructural en la Formación Profesional  para que se adapte a la realidad actual de las empresas y  que hacen falta más titulados en una FP que responda a sus demandas y favorezca el cambo social y económico, pero de momento faltan las medidas políticas oportunas  para ponerla en marcha... 

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