2 de mayo de 2016

PSOE y PP: de presuntas corrupciones y exigidas dimisiones (II de II)

Un mes después de la dimisión parcial de Esperanza Aguirre, el 10 de marzo siguiente, quiso el destino que el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, se exhibiera por La Coruña, acompañando al líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro.

 En esas fechas, Besteiro ya estaba imputado por cuatro presuntos delitos por el “Caso O Garañón” y aún no había renunciado a ser cabeza de lista en las autonómicas gallegas. Es más, se había puesto a disposición del partido en su aspiración a la candidatura a la Xunta de Galicia.

Durante la vista a un mercado de abastos de La CoruñaPedro Sánchez le escenificó su respaldo, con los mismos halagos que dos días antes había manifestado en la entrevista que le hizo  La Voz de Galicia:"Besteiro es una persona honesta, decente, y tiene toda mi confianza y la del partido…es un extraordinario político… un amigo al que conozco desde hace mucho tiempo".

Durante el paseo por la ciudad le preguntaron por los delitos que le adjudicaban, y  Sánchez defendió a su buen amigo de nuevo: “Yo confío en su inocencia…Si Besteiro quiere dar un paso adelante y presentarse tendrá todo mi apoyo. No puedo ser más claro”.

Quiso el destino también, y esta vez a modo de venganza,  que a las veinte horas del encuentro, la magistrada Pilar de Lara Cifuentes destapara la “Operación Pulpo” y citara a Besteiro a declarar en calidad de investigado como presunto autor de otros seis delitos más: “cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, fraude a las administraciones públicas, fraude de subvenciones y delito continuado de malversación de caudales públicos”.



La decisión de la magistrada sorprendió a Sánchez, quien pasó en veinticuatro horas  de los elogios, promesas y apoyo incondicional a un silencio sospechoso. Lo que él no decía, lo contaba el anterior líder gallego, Pachi López, sobre las dos varas de medir de Sánchez. Tres días antes y sólo por los cuatro delitos invetigados, publicaba en su twiter: “Si estás imputado y eres amigo de Pedro, no pasa nada”.

El Confidencial profundizó sobre este asunto: “Sánchez encaja el caso Besteiro en pleno bloqueo político y con el PSOE mirando a Díaz. El camino se le tuerce al líder. Al parón negociador se suma el estallido del escándalo de corrupción que cerca al jefe del PSdeG. Justo ahora que crece la presión ambiental sobre la presidenta andaluza.” 
Uno de sus párrafos resume la situación:
“Sánchez dio cobertura a Besteiro. Nada extraño. En una entrevista en 'La Sexta noche', aplaudió su actitud, dijo confiar en su "inocencia" y añadió que si se le abre juicio oral se aplicará el código ético: será ese el momento de dejar su cargo orgánico en Galicia y -se sobreentendió- su puesto como vocal en la ejecutiva federal. Pero reconoció que aquello había sido una "mala noticia" y que la decena de imputaciones "hace daño" al PSOE, "absolutamente". El secretario general asumía así que la caída (a medias) de Besteiro le sentaba como una bofetada clarísima. Sobre todo si se tiene en cuenta que 24 horas antes de la nueva imputación le defendió sin ambages durante una visita en A Coruña. Y eso que ya estaba siendo investigado por el caso O Garañón por la misma jueza”.

Con la imputación de cuatro delitos, Sánchez estaba seguro de la inocencia, honestidad y “decencia” de Besteiro. Y con diez delitos imputados, Sánchez espera que sea declarado inocente en un juicio, para seguir siendo “decente”. ¿Necesitarán también un juicio los imputados del PP para demostrar lo que son? ¿Y qué decir de la “indecencia” de quienes ni siquiera están imputados? Sánchez declaró que no recibe lecciones de honestidad desde el PP. Seguro. Pero al menos debería explicar cómo se puede ser “decentecon cuatro presuntos delitos, y hasta con diez, y cómo llegar al grado de “indecente” sin estar imputado o investigado en ninguno. ¿Poseerá, acaso,  un “decentómetro” especial que mida la decencia personal de los amigos  y  le otorgue la capacidad de calificar de “indecente” al adversario o enemigo?

Hasta ese momento, Besteiro sólo había renunciado a ser candidato a las primarias socialistas para la candidatura a la Xunta, permaneciendo en sus cargos orgánicos de Secretaría General del PSdeG y en la Ejecutiva Federal del PSOE con Sánchez.

Recordemos ahora de  la entrada anterior lo que destacados socialistas decían de Esperanza Aguirre: “Si no puede representar a los afiliados del PP, tampoco podrá hacerlo con los ciudadanos y ciudadanas de Madrid”. ¿Será válido ese mismo argumento a la inversa? 

“Si Besteiro no puede aspirar a representar a los gallegos y gallegas,  ¿podrá seguir representando a los afiliados del Partido Socialista de Galicia?  De momento, ninguno de los que exigieron la dimisión de Aguirre se ha manifestado sobre la situación de Besteiro. Significativo su silencio.


El Mundoveía  esas peticiones : "Gómez Besteiro dimite como líder del PSOE gallego para no perjudicar a Pedro Sánchez en su intento por liderar un “cambio en España” y con presiones desde el PSOE  de Andalucía".


Curiosamente Besteiro está imputado o investigado por una decena de presuntos delitos y Esperanza Aguirre,  de momento y que se sepa,  no lo está por ninguno. Los que pidieron la dimisión de una Aguirre sin imputaciones no lo han hecho por un Besteiro con ellas. La vara de medir  es engañosa y la coherencia brilla por su ausencia, al menos en este caso.

1 comentario:

  1. Lo más triste de la vida política española que se repite esd la doble vara de medir que tiene la izquierda y su plus de etica. La corrupción del PSOE ese menos corrupcion que la del PP

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