5 de enero de 2014

Desde la ingenuidad y la esperanza, Carta a los Reyes Magos

http://es.wikipedia.org/wiki/Reyes_Magos


 
 Estimados Reyes Magos:

Me ha costado mucho escribiros esta carta debido al pobre resultado de las anteriores, y eso que mis peticiones no eran ni caras ni extrañas. También ha contribuido el hecho de que cada año os sigue menos gente, entre otras cosas,  por llegar más tarde que Santa Claus y medio desfondados, racaneando después de tantos jolgorios. Y, claro, lo que os queda para dejar en nuestros zapatos son las sobras...

Algunos piensan que dais cierta sensación de seriedad  que os aleja de las nuevas generaciones de la Play y el Twitter. Por eso y otras habladurías, muchos de vuestros fieles se han ido a la competencia con ese tío simpático y gordinflón que se pasea entre las nubes. Además, eso de estar siempre junto al Niño Jesús en el portal de Belén está pasado de moda en esta “navidad” postmoderna de luces chirriantes que invitan al consumo. 

Sé muy bien, Majestades, que las cosas inmateriales son difíciles de conseguir, complicadas de repartir y no suelen llegar a quien de verdad las necesita. Al final, como siempre, me quedo sin regalos y sin ver cumplidos mis deseos. Os recuerdo  que, hoy día, el mundo de las ilusiones está de capa caída,  que ni las niñas sueñan con ser princesas ni los niños futbolistas, que todos ellos quieren ser “políticos” porque  es lo único que les da seguridad,  que su único afán es el “servir”  y lo mismo les da hacerlo con unos que con  otros que consigo mismos, que no son nada escrupulosos.

He decidido escribiros porque me niego a aceptar que se pueda acabar con la magia de una noche de reyes...,  porque sigo creyendo que el poder de la imaginación no tiene edad y deseo conservar lo más posible de la primera, que de la segunda siempre estaré sobrado aunque no quiera. Esta vez, Majestades,  sólo aspiro a  una cosa fácil de solicitar y difícil de conseguir, para unos la gran deseada y para otros la gran olvidada...y silenciada.

Comprobaréis, Majestades, que antes de requerir vuestra intercesión, se lo he contado a mis amigos  y, en vez de alentarme,  me han obsequiado con una buena dosis de pesimismo, tratándome de ingenuo compulsivo. Me han asegurado que mi deseo jamás me será concedido por ser contradictorio con todo aquello que representan Los Reyes de Oriente. A pesar de eso, sigo creyendo  que lo recibiré, porque podemos convertir en realidad  todo aquello que podemos imaginar.

Mis amigos están convencidos de que no siempre sucede así, y que los Reyes, por muy Magos que sean y provengan de Oriente y reinen en Occidente no son el mejor ejemplo para el fin que yo persigo..., que serán todo lo buenos que queramos, pero dejarían de ser lo que son si me concedieran lo que les solicito…

Admiten que no me falta razón, que es bueno y necesario y urgente lo que pido. Pero que los Reyes... no lo tienen y para dármelo se lo tienen que quitar a quienes lo disfrutan, y esos  nunca querrán desprenderse de su tesoro. Me insinúan, también,  que no ven a los Reyes Magos en el papel de Prometeo robando el fuego a los dioses para dárselo a los mortales…

¿Será todo tan difícil y complicado como dicen mis amigos? ¡Pero si yo sólo pido a los Reyes Magos que influyan en los aparatos de los partidos políticos para que permitan la democracia interna que ni les interresa ni practican!
 Respetuosamente, gracias por escucharme.

1 comentario:

  1. Por desgracia para la democracia española los partidos politicos que nos oprimen no funcionan democraticamente asi que no espereis nada de eso ni con reyes magos ni con santa Rita de Kacia

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