14 de octubre de 2021

GASTO DESBOCADO E INSOSTENIBLE

 No son nada optimistas los datos que sobre los gastos previstos en el Presupuesto General de 2022 aporta José Tomás Cruz Varela en su artículo de hoy. Dice la Ley de Murphy del Gobierno que “Si algo puede ir mal, lo hará por triplicado” y se completa con la Ley de Tussman sobre el Gobierno, “Nada es tan inevitable como un mal programa del Gobierno al que le ha llegado su momento”. En nuestro caso parece haberse unido lo uno con lo otro.

Con los planes anunciados por el Goboiernao de Pedro Sánchez, el final es predecible: si el gasto aumenta más de lo previsto y los ingresos disminuyen más de lo deseado, el déficit se deboca y las cuentas no cuadran. Dentro de no mucho tiempo veremos qué nos depara esta situación de perspectivas negativas.

La única esperanza que nos queda y en la que debemos confiar es que el timonel que maneja el barco es un acreditado Doctor en Economía y con esas credenciales nada puede salir mal.

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GASTO DESBOCADO E INSOSTENIBLE

(De mi puño y tekla)

Pedro Sánchez, más por sus hechos que por sus palabras, demuestra ser inoperante total para definir y dinamizar la economía y generar puestos de trabajo tal como demanda Bruselas. El Gobierno se ha empecinado en la creación de Empleo Público, presumiendo de ello, tal como hizo el pasado viernes la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante la presentación de los Presupuestos de 2022, por ofertar un 73% más de plazas en la Administración Pública que el Gobierno de Rajoy.

Desde la llegada al poder de Pedro Sánchez en 2018, se han creado más de 100.000 puestos de funcionario, y la tasa de reposición ha llegada hasta el 110%.  Y mientras, en el sector privado, aún se está lejos de alcanzar los niveles previos a la pandemia, tanto porque la economía no está aún funcionando a pleno redimiendo y los mercados no se están comportando de la forma prevista por las proyecciones más optimistas, como por ciertas decisiones de naturaleza intervencionista que atentan contra la seguridad jurídica, como son la subida injustificada del salario mínimo, la regulación del mercado inmobiliario, o la batería de nuevos impuestos a empresarios y autónomos junto al incremento de los ya existentes.

Son los efectos lógicos de un Gobierno que se autodenomina progresista y mantiene su apuesta por el sector público, mostrando un indisimulado desprecio (fruto de sus prejuicios ideológicos) por el privado. Porque el incremento de funcionarios es solo un ejemplo más de una política que va en la dirección contraria a la que dicta Europa: dispara el gasto aprovechando la inyección de liquidez que aportan los fondos europeos.

Los anunciados bonos y ayudas para los jóvenes y el incremento de los salarios públicos y las pensiones en función del IPC, desbocado por el aumento del precio de la luz provocarán un aumento de la deuda pública y lastrarán la salida de la crisis. Sin tener aún los Presupuestos aprobados todavía deberán negociarlos con sus socios nacionalistas, que seguro exigirán nuevas prestaciones: los anuncios anticipados por el Presidente del Gobierno y por la ministra de Hacienda pueden colocar a España en la antesala de un rescate financiero. Así lo advierte hoy el líder del PP Pablo Casado, que avisa de que el país "se encamina a la quiebra".

Atentamente.

José Tomás Cruz Varela

Ex Director de RR.HH. Málaga.

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