13 de mayo de 2013

La tentación bolchevique (II de II)

Salvando las distancias en el tiempo, entre las circunstancias socio-económicas de la Rusia zarista y las de la España actual, monarquía parlamentaria, se aprecia alguna analogía y diferencias importantes, como también las hay entre la toma del Palacio de Invierno de San Petersburgo y el pretendido “asedio” o “rodeo” del Congreso de los Diputados de Madrid.

Llama la atención el nuevo fracaso del devaluado movimiento  “25-A”, proveniente del “25-S” que hunde sus raíces en el “15-M”. Si con más de seis millones de parados, una economía maltrecha y un malestar y hartazgo generalizado de los españoles contra los corruptos,  despilfarradores e inútiles de los que se nutren los partidos políticos gobernantes y de oposición, este movimiento sólo ha sido capaz de reunir unos escasos mil asistentes algo serio ocurre. Y eso que sólo en Madrid conviven más de tres millones de personas.

Si además cuenta con altavoces y propaganda de medios de comunicación y algún partido político afín, ¿Cómo es posible que consigan tan escasa concurrencia a pesar de creerse “mayoría” al igual que los bolcheviques de Lenin? La realidad los retrata como una exigua minoría, a pesar de considerarse los representantes de los españoles y arrogarse lemas y pancartas tan desgastados como ese de “El pueblo unido jamás será vencido…”

Y si incluyen entre su simbología banderas no propias  de España a la que  dicen representar,  no es de extrañar que la mayoría de los españoles se abstenga de asistir. ¿Cuántas banderas constitucionales ha habido en todas sus manifestaciones? ¿Y pretenden gobernar sin sus símbolos y con símbolos ajenos? ¿Qué tipo de banderas enarbolaban y qué representaban?

Aquel movimiento primero del 15-M quedó fagocitado por la izquierda radical y los antisistema. Aquel pensamiento  que decían libre ha quedado controlado por comisarios políticos –hoy y aquí poco sentido tiene hablar de soviets- que actúan por orden de un amo oculto. Y la exposición de ideas se ha cambiado por otra más rudimentaria con la utilización de piedras, palos y bengalas.

¿Qué se pretendía con el “asalto”,  y luego “rodeo”,   al Congreso  con los Ministros y Parlamentarios, representantes legítimos  del pueblo español? ¿Por qué hoy afloran la tensión y la crispación que no hubo en tiempos del talante con motivos tan graves como los de hoy y origen de los acrtules?

Suponiendo que hubieran asaltado el Congreso cuando lo pretendieron, ¿Qué hubieran hecho al día siguiente? ¿Cambiar una casta política conocida por otra más opaca que “no tolera el actual ejercicio político y económico”? Si pretenden desalojar del poder a unos  elegidos y colocar a otros sin serlo,  mal camino llevan. ¿Por qué no han formado un partido político y han acudido a las elecciones? Puesto que eran “la mayoría”, seguro que las habrían ganado y podrían desarrollar su programa.

Se critica las ayudas dadas a la banca y se demanda la creación de un banco público, sin darse cuenta de que gran parte de la ayudas ha ido a parar  a las Cajas de Ahorros, que eran una banca pública encubierta,  gobernada por políticos, sindicatos, empresarios, empleados, representantes de municipios, y otros obedientes digitales…¿Qué se hizo mientras duró la fiesta? Nada. 

Hablan de recortes en Sanidad y Educación, diciendo que este gasto social acapara más del  70% del total y constituye la base del Estado del Bienestar, del que no se puede  restar nada. Sin embargo no se concreta si esos dineros están bien empleados y  son  eficientes, o alguna parte del pastel viaja a  bolsillo ajeno y a tapar bocas de liberados que mantengan la paz social…

 Tanto repetir al misma cantinela “Que no, que no nos representan, que no”, han terminado por creérsela y autoproclamarse ellos mismos los legítimos representantes del pueblo sin pasar por las urnas.  De una forma mejor o peor,  los unos han sido refrendados por millones de ciudadanos, y los otros, ¿A quién representan por muy mayoritarios que crean ser?

Si estos restos de aquel movimiento de  indignados hubieran empezado pidiendo  firmas y presentando querellas contra todos los que nos han llevado a la ruina, con el ejemplo presente de Islandia, hubieran tenido razones, argumentos y credibilidad en la propuesta.  Todo  lo demás es ruido y crispación.

Dicen que “¡Esto es solo el principio!”,“¡Lo llaman democracia y no lo es!”. Exigen  “¡Democracia directa y participativa!” aunque sin configurar un proyecto que pueda ser estudiado, analizado e incluso apoyado. Simplemente se han quedado colgados del eslogan.

Pedir la dimisión de un Gobierno legítimo que no lleva ni año y  medio, sin examinar las circunstancias en las que llegó,  es cuando menos una desmesura. A cada Gobierno ha de asignársele su haber y su debe con ecuanimidad. Y reclamar la disolución de las  Cortes y un período constituyente es otra más. No puedo estar de acuerdo con su  repetido mensaje: “Nos han quitado la soberanía. El Congreso es de todos y ya no nos representa. Nos han quitado todo y esto es una dictadura, un Estado opresor. No queremos una reforma, sino una ruptura” porque aunque lleguen a creerse que la conquista del poder a cualquier precio sale barata, las consecuencias nos saldrán muy caras los demás.

7 comentarios:

  1. No me fío nada ni de los "hunos" ni de los "hotros" ni de los que están ni de los que quieren estar porque solo buscan situarse bien en la vida y tener su trabajo o en un ayuntamiento o en el gobierno.

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  2. El 15 - Mayo empezó muy bien y obtuvo simpatías de mucha gente y llegó a las masas porque parecía independiente de los partidos políticos y decia cosas sensatas a pesar de ser generalidades, sonaaban bien y gustaban. pero luego se ha desinflado en cuanto se ha visto la tendencia de los lideres. Una pena pero es lo que tenemos que nonos gusta que nos manipulen, y por eso el otro dia no hubo casi nadie. Se ha visto la degeneración de unos buenos principios

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  3. El movimiento 15-M, Stop Desahucios y algunos prendas más, son los herederos de los bolcheviques, sus mensajes contrarios al sistema, pretendiendo el derrocamiento del régimen, imperfecto pero nacido de la soberanía nacional, por tanto, legal y constitucional, son los mismos mensajes que esgrimió la izquierda radical en la II República Española.
    Entonces el Psoe no pegó el "sorpaso", puesto que el partido de Pablo Iglesias estaba implicado en la subversión, veremos en los próximos meses como se posiciona el Psoe con asuntos de estado que mantienen abiertos como el debate de la república.

    Durante la II República, la izquierda republicana y radical impuso a la nación una forma de estado, la república. La izquierda revolucionaria alteró el orden de dos términos: república y nación. España como nación, se situaba en segunda plano, primaba la forma de estado: la II República Española, sobre la Nación, sobre la España constituida en república.

    Con este planteamiento la izquierda radical pretendía asestar un rejón de muerte a la Nación, a España, por fin, la izquierda acariciaba la quimera tantas veces sonada, acabar con España.

    Importantes intelectuales republicanos, conocidos años después como la Tercera España, y un gran número de gentes de orden, de derechas, pretendían un cambio de régimen, una democracia liberal y republicana, basada en el parlamentarismo y el constitucionalismo. En definitiva un marco constitucional para todos los españoles.


    Actualmente, los violentos, mal llamados perroflautas, añoran el nacimiento de la III República con idénticos planteamientos, totalitarios y marxistas, que su fenecida antecesora, van de chupi-guays, de populistas para instaurar un régimen de represión.

    Ante la acción izquierdista de tomar la calle vulnerando la legalidad vigente, los gobernantes están de año mariano, sin meter en vereda a los insurrectos, ni regenerar las instituciones aparentemente democráticas.

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  4. Muy de acuerdo con lo dicho. Están experimentando con levantar la calle y el problema sera cuando la paz social pueda volverse imposible. No se trata de la paciencia que exige Rajoy, sino de mantener la calma y la mente fría ante tanto vaiven politico y social.

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  5. ¿No creen los comentaristas anteriores que a los indignados no les queda otro camino para mostrar su indignación que las manifestaciones y las protestas? Si no salen a la calle a explicar sus problemas y demostrar su malestar, quien les va a hacer caso?Ahí queda la pregunta

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  6. Los indignados que salen a la calle, como los que nos quedamos en los cuarteles de invierno tenemos derecho a la libertad de expresión, reunión, manifestación, ideológica, religiosa, .....y a ejercer esas libertades y resto de derechos individuales y colectivos conforme los regulan las leyes. "Rodear el Congreso" es un acto de reunión y manifestación ilegítimo, atenta contra la soberanía nacional, contra la voluntad democrática del resto de ciudadanos.

    Los indignados son los antepusieron en el pasado los derechos a los deberes, a costa de la solidaridad fiscal del resto de contribuyentes: "apoquinantes", creyeron que el estado de bienestar-social, tal cual lo construían, con mamandurrias, liberados sindicales, ineptos que presidían desde su incompetencia supina empresas públicas, subvenciones concedidas a gogó a ong´s satélites de partidos y sindicatos de izquierdas, no tendría retroceso. Por un lado preconizaban el estado social, la conquista de derechos enarbolando banderas rojas y tricolores, y por otro se acomodaban, en función de sus posibilidades a gustos de burguesía de querer y no poder.

    Los indignados de hoy, ayer pagaban por una vivienda lo que les pidieran, incluso en el préstamo hipotecario incluían el precio del vehículo importado de Alemania. Ellos son tan responsables de la crisis actual como banqueros y políticos.

    Desde que llegó, formal y aparentemente, la democracia, los políticos desatendieron la educación de los jóvenes españoles, no les convenía un pueblo libre, con capacidad de pensar y vertebrado en sólidos valores, eso pondría en peligro la democracia de cartón que padecemos.

    En resumidas cuentas, la conquista de derechos se sostenía en la bonanza económica, el fracaso de la social democracia.



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  7. "¿No creen los comentaristas anteriores que a los indignados no les queda otro camino para mostrar su indignación que las manifestaciones y las protestas? Si no salen a la calle a explicar sus problemas y demostrar su malestar, quien les va a hacer caso?Ahí queda la pregunta"

    ¿Y por qué no participar directa y activamente en los partidos políticos desde dentro? ¿Acaso no son democráticos y no se muestran receptivos a los problemas de los españoles? ¿No será una solución más efectiva intentar cambiar desde dentro?

    Si en un partido, digamos por ejemplo en Aranda, se afiliaran mil nuevos ciudadanos a cada partido, ¿No surgirían mecanismos de cambio desde dentro? Por supuesto que sí.

    Sin embargo no creo que a los partidos políticos de izquierdas les interese esa solución, porque saben de la candidez y el pasotismo de la derecha para manifestarse en la calle, y ellos cuentan con sus votos y luego con asociaciones de vecinos, sindicatos, asambleas varias, y cuantos movimientos puedan crear. En realidad son los que las urnas dicen que son, pro aparentan muchos más porque se mueven mucho, y eso les beneficia para crear ambiente, y "tensión" que dijera el del "talante " de triste recuerdo.

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