29 de agosto de 2012

UNA HISTORIA REAL. Demasiado bonita para ser cierta...

Por la red circulan incontables  historias con visos de realidad que jamás han ocurrido y que engrosan la interminable lista de “leyendas urbanas”. El relato me llegó hace meses, aunque lleva años de difusión,  y me llamaron la atención dos detalles: la falta de fechas en los hechos narrados y la indudable belleza con un final moralizante…

UNA HISTORIA REAL.
 "Su nombre era Fleming, y era un granjero escocés pobre. Un día, mientras intentaba ganarse la vida para su familia, oyó un lamento pidiendo ayuda que provenía de un pantano cercano. Dejó caer sus herramientas y corrió al pantano. Allí, encontró hasta la cintura en el estiércol húmedo y negro a un muchacho aterrado, gritando y esforzándose por liberarse. El granjero Fleming salvó al muchacho de lo que podría ser una lenta y espantosa muerte.
Al día siguiente, llegó un carruaje elegante a la granja. Un noble, elegantemente vestido, salió y se presentó como el padre del muchacho al que el granjero Fleming había ayudado.
"Yo quiero recompensarlo", dijo el noble. "Usted salvó la vida de mi hijo".
“No, yo no puedo aceptar un pago por lo que hice", contestó el granjero escocés.
En ese momento, el hijo del granjero vino a la puerta de la cabaña."¿Es su hijo?" preguntó el noble.
"Sí", contestó el granjero orgullosamente.
“Le propongo hacer un trato. Permítame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educación que mi hijo disfrutará. Si el muchacho se parece a su padre, no dudo que crecerá hasta convertirse en el hombre del que nosotros dos estaremos orgullosos".
Y el granjero aceptó. El hijo del granjero Fleming asistió a las mejores escuelas y, al tiempo, se graduó en la Escuela Médica del St. Mary's Hospital. En Londres siguió hasta darse a conocer en el mundo como el renombrado Dr. Alexander Fleming, el descubridor de la  Penicilina.
Años después, el hijo del mismo noble que fue salvado del pantano, estaba enfermo de pulmonía.
 ¿Qué salvo su vida esta vez? .... La penicilina.
¿El nombre del noble? Sir Randolph Churchill.
¿El nombre de su hijo?  !Sir Winston Churchill.
Alguien dijo una vez: “Lo que va, regresa.( What goes around comes around!) Trabaja como si no necesitaras el dinero. Ama como si nunca hubieses sido herido. Baila como si nadie estuviera mirando. Canta como si nadie escuchara. Vive como si fuera el Cielo en la Tierra”.

Sorprendido por tan singulares casualidades he vuelto a leer la obra de Roy Jenkins, “Churchill”, Ed. Península S.A.,  no encontrando ninguna de esas situaciones,  y sí otros datos que nos transportan a la duda:
a) Sir Winston Spencer Churchill nació en 1874.
b) Alexander Fleming nació en 1881, siete años más joven que WSC.
c) Sir Randolph Churchill murió en 1895. Desde 1892 estuvo trágicamente enfermo.
Las relaciones familiares de W. S. Churchill con su padre, y también con su madre,  fueron inexistentes. Siempre anduvo de internado en internado, sin que haya constancia  de alguna estancia familiar conjunta en Escocia, por lo que ese encuentro difícilmente pudo darse.
Pasó  tres años y medio de su vida  en Brighton y dos años más en St. George´s  en Ascot, permaneciendo después cinco años en la Escuela de Harrow. Tras meses de inactividad estudiantil debido a un accidente,  Churchill ingresó, en su tercer intento,  en la Real Academia Militar de Sandhurst, Arma de Caballería,  en 1893.
Alexander Fleming nació en 1881 en Lochfield, Escocia, en una familia de granjeros. “Fue el tercero de los cuatro hijos habidos en segundas nupcias por Hugh Fleming, el cual falleció cuando Alexander tenía siete años, dejando a su viuda al cuidado de la hacienda familiar con la ayuda del mayor de sus hijastros. Fleming recibió, hasta 1894, una educación bastante rudimentaria, obtenida con dificultad, de la que sin embargo parece haber extraído el gusto por la observación detallada y el talante sencillo que luego habrían de caracterizarle. Cumplidos los trece años, se trasladó a vivir a Londres con un hermanastro que ejercía allí como médico. Completó su educación con dos cursos realizados en el Polytechnic Institute de Regent Street, empleándose luego en las oficinas de una compañía naviera. Continuar leyendo biografía completa…).

Visto lo anterior, complicado pudo ser el cruce de sus vidas. No es la única versión existente de tan fantástico episodio, ya que al menos esta otra es diferente:
 "A British family journeyed to Scotland for a summer vacation. The mother and father were looking forward to enjoying the beautiful Scottish countryside with their young son. But one day the son wandered off all by himself and got into trouble. As he walked through the woods, he came across an abandoned swimming hole, and as most boys his age do, he took off his clothes and jumped in..."
La supuesta segunda vez que Fleming salva la vida de Churchill con su recién descubierta penicilina también carece de veracidad. En la página 835 de la citada obra de Jenkins,  “Churchill”, podemos leer:"…1943…con temperatura de 39ºC y una pequeña mancha en el pulmón permaneció seis días en Londres antes de partir en el Queen Mary hacia la Conferencia de Quebec. Una mezcla de unos de los primeros antibióticos llamado M&B, tabletas contra la malaria que tuvo que tomar durante cuatro semanas…".

Si los hechos no sucedieron,  ¿dónde surgió la leyenda? Según unos,  la fábula apareció en USA en los años 50 del siglo pasado: “The story apparently originated in  Worship Programs for Juniors, by Alice A. Bays and Elizabeth Jones Oakbery, published ca. 1950 by an American religious house, in a chapter entitled "The Power of Kindness..."

No obstante, mayor crédito merecen las aportaciones  de una interesante y completa página web sobre nuestro personaje, WinstonChurchill.org”, en la que en uno de sus apartados, “Myths”,  podemos leer entre otros el referido a  “Alexander Fleming saved him (Churchill) from drowning as a boy (refuted FH102 p. 47)”, y los argumentos empleados en su refutación:
"The Churchill-Fleming Non-Connection: The story that Sir Alexander Fleming or his father (the renditions vary) saved Churchill's life has roared around the Internet for years. Charming as it is, it is certainly fiction. We have cited later references, but in 2009 Ken Hirsch used Google Book Search to track what is likely the first appearance of this myth: the December 1944 issue of Coronet magazine, pages 17-18, in the story, "Dr. Lifesaver," by Arthur Gladstone Keeney…"

La conclusión que podemos extraer de tan bello pasaje es que no todo lo publicado en Internet es verdadero, y necesitamos filtrar críticamente los contenidos.

2 comentarios:

  1. A mi me llego ese correo de Churchilll y Fleming hace tiempo y pensé que era verdad y ahora me ha pasao como con los Reyes Magos. Enhorabuena por la documentación que destruye la leyenda. La pura verdad es que lo siento porque se ha ido la inocencia y me ha puesto los pies en el suelo.

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  2. una historia con un buen mensaje

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