11 de junio de 2020

Dos visiones diferentes de un gobierno de coalición (III de V): Ignacio Escolar y el futuro progresista


En el mismo diario norteamericano, Ignacio Escolar había publicado  previamente el artículo  "España cambia el bloqueo del gobierno por la grieta parlamentaria." ,  y dado que gran parte de su texto es coincidente con el ya analizado en las dos entradas anteriores, en la presente sólo se comentarán las diferencias entre ambos.

Dice Escolar que “Para sacar su investidura adelante y evitar otra repetición electoral, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Pedro Sánchez tuvo que pactar el primer gobierno de coalición en 80 años. Es una rareza en España, pero habitual en los países con sistemas parlamentarios”. Esa afirmación parece tener más parecido con su propio deseo que con la realidad.

Tras las elecciones del 28 de abril, Pedro Sánchez pudo haber pactado con Ciudadanos, cuya suma superaba la mayoría absoluta, pero jamás tuvo intención de hacerlo y ni siquiera de proponerlo seriamente. En cambio,  con la repetición de elecciones buscaba incrementar su representación  y distanciarse más de los otros partidos. A eso precisamente le animaban los sondeos del CIS de Tezanos que le auguraban una clara victoria que le permitiría un cómodo gobierno.

Pero los resultados del 10 de noviembre le truncaron los planes y  le pillaron con el paso cambiado: en vez de ganar, entre PSOE y Unidas Podemos perdieron más de un millón y medio de votos y algunos diputados,  y Ciudadanos se quedó reducido a un irrelevante grupo  parlamentario  de tan sólo diez representantes. Con esos números  el PSOE  ya no sumaba mayoría con Unidas Podemos y Ciudadanos juntos, y con el PP no quería llegar a pactos de Estado. Esos son los argumentos que promovieron el  abrazo urgente de Pedro y Pablo e hicieron olvidar sus viejas rencillas y enfrentamientos,  pensando que  un pesebre común  con futuro une más que ideas y personalismos pasados. Viendo  que Pedro y Pablo no sumaban lo suficiente  se echaron en manos de nacionalistas e independentistas a cambio de lo que no está escrito ni publicado, pero que algún día saldrá a la luz. Y como aún resultaba insuficiente para formar un gobierno de coalición,  tuvieron que agregar también otras minorías interesadas en la cadena de favores, cumpliéndose como nunca aquella sentencia latina del  “Do ut des” y lograr el tan ansiado Gobierno Frankenstein.

La rareza no radica en la existencia de un gobierno de coalición sino en que en éste figure como socio  un partido comunista, algo inusual en el resto de países europeos desde la II GM. Califica Escolar a Unidas Podemos de agrupación de “izquierdas” con procedencia en “los indignados” que incluye al “histórico Partido Comunista”, pero de cuya “historia” se olvida. Zapatero solía hablar de la importancia del “talante”, sin especificar que por sí mismo no era bueno ni malo, y eso mismo pasa con la “historia” de cada uno.

Las afirmaciones de Escolar sobre Oriol Junqueras y su condena deberían hacerle meditar y rectificar, pero eso sería demasiado pedir. Decir  que “Es una condena hoy cuestionada, tras una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea —la máxima autoridad judicial en Europa— que considera que Junqueras sigue siendo hoy eurodiputado. Esto implica que el Tribunal Supremo español vulneró sus derechos al no respetar su inmunidad parlamentaria” tras lo ocurrido  y sabido es querer mantener la farsa y ocultar la verdad.

Calificar a Unidas Podemos de “izquierdas” y a EH Bildu de “izquierda independentista vasca” le parece normal y positivo. Sin embargo, su valoración difiere cuando escribe de la opinión de los adversarios del gobierno: “Para la derecha y sus medios afines Pedro Sánchez lidera un gobierno “radical”, con “ministros comunistas de extrema izquierda”, que sale adelante con los votos de los independentistas “golpistas catalanes” y con los “terroristas vascos”; un “presidente ilegítimo” que “traiciona a la patria con tal de alcanzar el poder”, que está dispuesto a “vender España” y “liquidar la Constitución y el Estado de derecho”. A ojos de los votantes conservadores, azuzados por un discurso así, es difícil encontrar una combinación más explosiva.”

¿Sugiere Ignacio Escolar  con el párrafo “El acuerdo con ERC, que apenas compromete a abrir una mesa de diálogo y votar después lo acordado, también se ha exagerado al extremo. La derecha lo ha presentado como un “referéndum de autodeterminación”, algo que los independentistas anhelan, pero que el PSOE en ningún caso ha firmado. Aunque lo hiciera, tal referéndum sería casi con seguridad anulado en los tribunales” que el PSOE ha engañado a ERC o que  los independentistas catalanes han pactado a cambio de nada? Parece,  más bien,  querer obviar los efectos del pacto y evitar futuras lamentaciones de hemeroteca. Decir que “el acuerdo no implica un referéndum y si lo fuera no serviría de nada” demuestra una candidez  calculada.

Deja bien claro el articulista que la crispación de esta legislatura no vendrá ni del PSOE ni de Unidas Podemos ni de los independentistas vascos o catalanes, sino de la derecha y, sobre todo,  de la formación de “extrema derecha de VOX” que  con sus 52 diputados y un  discurso ultra está arrastrando a la derecha.

Se teme Escolar que si este gobierno de coalición (ni radical ni de extrema izquierda)  no frena “el crecimiento de la extrema derecha”, no rompe la espiral de polarización, no  gestiona bien los recursos del Estado y no integra a Cataluña en España, habrá un nuevo gobierno de coalición, pero esa vez será de “la derecha con la extrema derecha”.

Lo dicho: El gobierno de coalición centrado y progresisita se enfrenta a una oposición  extremista dirigida por un partido ultra (de derechas, por supuesto), que en España no caben dos…extremismos.

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