23 de mayo de 2012

No ha sido una felicitación cualquiera...

Hace pocos días cumplí años, demasiados,  y recibí algunas felicitaciones. Todas coincidían en sus deseos de repetirlo, con salud,  muchas veces. Sin embargo, un compañero de oficio me envió unos pensamientos, no suyos, que me invitaron a la reflexión... en esa fecha  que inexorablemente llega y pasa, dejando una marca más profunda cada año, y que literalmente transcribo:

“Hace años, cuando éramos jóvenes, nos decían que “la vida salía al encuentro”. Hoy pienso que somos nosotros quienes nos vamos despidiendo de ese encuentro con la vida a medida que nos alejamos del principio y nos acercamos al  fin. En esa angustia existencial me encontraba, recordando que “cualquier tiempo pasado fue mejor”,  cuando me topé con este canto a la ilusión  de Mario Andrade, poeta y ensayista brasileño, que espero  te guste  en este día:

Cumplir años siempre es agradable:el valioso tiempo de los maduros.
Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora. Me siento como aquel joven que ganó una caja de bombones; los primeros los comió con displicencia pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a consumirlos lentamente y a disfrutarlos más. Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades. No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados. Desprecio a los oportunistas y a las personas aranosas. No tolero a los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
 Ya no tengo tiempo para proyectos megalomaníacos.  No participaré en  conferencias que establecen reglas engañosas para erradicar la miseria en el mundo. No quiero que me inviten a eventos donde se pretende solucionar los problemas del milenio.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten: estatutos, normas, procedimientos y políticas, sabiendo que no se va a lograr nada. Ya no tengo tiempo para soportar melindres de personas que, a pesar de su edad cronológica, son unos inmaduros. No quiero ver las agujas del reloj avanzando en reuniones de "confrontación", donde solo “ponemos sobre la mesa” las opiniones de los poderosos.Me molesta ser testigo de los defectos que genera la lucha por el “majestuoso” cargo de Director. Sé que las personas no discuten los contenidos, sino los títulos, y como mi tiempo es escaso para discutir títulos,  quiero la esencia. Mi alma tiene prisa.
Sin muchos bombones en la caja,  quiero vivir al lado de gente humana, muy humana: que sepa reír de sus errores, que no se envanezca con sus triunfos, que no se considere electa antes de tiempo, que no huya de sus responsabilidades, que defienda la dignidad de los marginados y que desee tan sólo andar en paz.  Caminar junto a cosas y personas de verdad y disfrutar de un afecto absolutamente sin fraudes, nunca será una pérdida de tiempo. Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena. Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas. Gente a quien los golpes duros de la vida, les enseñó a crecer con toques suaves en el alma
Si…. Tengo prisa por vivir con la intensidad que solo la madurez puede dar. Pretendo no desperdiciar parte alguna de los bombones que me quedan ….. porque estoy seguro que serán mas exquisitos que los que hasta ahora he comido. Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz conmigo mismo Y tu meta ¿Cuál  es para este tiempo mágico que nos queda? Porque a la luz del corto período de vida que se nos concede, debemos buscar tiempo para vivir, disfrutar y ser felices. Piénsalo. Aprovechemos nuestro tiempo mágico porque el tren de la vida sigue avanzando.”
Amigo C…..: vive el ahora intensamente, "carpe diem",  como si tu hoy fuera el último, aunque espero  y te deseo que aún tengas muchos mañanas”.

Si todas las felicitaciones  son de agradecer, ésta ha sido algo especial, y a todas quiero corresponder. ¡Gracias,...y lo mismo!

4 comentarios:

  1. Me uno a la felicitación. Me parecen unas palabras muy hermosas que invitan a meditar en el sentido que damos a nuestras vidas. Tanto luchar, tanto luchar para vivir infelices los cuatro dias que tenemos y dos que nos quedan, no merece la pena llevarse mal con nadie ni con nada.

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  2. PASADO, PRESENTE Y FUTURO.

    ¡Qué pena que los árboles no nos hayan dejado ver el bosque! No deja de ser lamentable que para valorar la vida en toda su esplendidez tengamos que cumplir tantos años. Se valora más ese don que quizá cuando éramos jóvenes veíamos como natural, a la par que merecido. No siempre le dimos la importancia que en realidad tiene. Ahora somos conscientes de que cuando nos decían: “tienes toda una vida por vivir” lo interpretábamos como un anuncio de que la madurez primero y la vejez después era algo que quedaba muy lejos, algo así como “ad calendas grecas” o “sine die”.

    Cada cual se siente muy libre (además es un ejercicio necesario) de echar la vista atrás y tratar de valorar lo que con su vida ha hecho, apartados siempre de cualquier masoquismo que no sería en absoluto útil. Ahí no podemos rectificar. Lo hecho quedó hecho y lo que dejamos indebidamente de hacer raramente se encuentra en situación de ser recuperado. Es el tiempo en el que, sobre todo los que nos hemos dedicado a la educación de los jóvenes, pensamos en términos de asignaturas pendientes. Objetivos que alguna vez tuvimos y que el paso de los años fue desvaneciendo. Es el momento en el que también podemos echar mano de ese recurso tan humano que es el narcisismo. Acaso lleguemos a la conclusión de que después de todo no lo hicimos tan mal. Esto nos complace y hace que encaremos el futuro con optimismo. Porque tenemos un futuro. No somos nosotros los únicos que desconocemos sus límites y nos reconforta el que todos los humanos, independientemente de su edad, se hallan en la misma situación. Naturalmente, no pretendo decir que la estadística nos sea desconocida y no conviene hacerse demasiadas ilusiones. Pero tenemos ilusiones. Algunos las colocan en su familia: cónyuge, hijos, nietos… Podemos también pensar en cultivar la amistad de personas a las que quizá no dedicamos en su momento la atención que merecían. Además existen las aficiones que siempre se tuvieron y a las que no se dedicó el tiempo necesario y pueden surgir otras nuevas.

    En otro orden de cosas, creo que en lo que respecta a la consideración que nos merecen ciertas cuestiones surge un cierto escepticismo-relativismo. Se tiende a relativizar (no se trata necesariamente de ese relativismo moral que hoy nos asedia) cosas a las que antes se daba importancia. Tal vez lamentemos el haber roto una amistad por un exceso de amor propio o el haber dejado de relacionarnos con personas a las que en el fondo apreciábamos. Podemos tener tendencia a valorar mucho nuestro tiempo, por más que se pueda considerar que el no trabajar significa disponer de todo el tiempo del mundo. Como de la reflexión surge la conciencia de lo que somos y como casi todos tenemos claro cómo queremos ser, es posible que surja en nosotros el deseo de no hacernos trampas en el solitario y de no querer escuchar cantos que ahora nos parecen de sirenas. Ello puede hacer que otros consideren que nos hemos vuelto raros, al no aceptar algunos valores que de facto se han establecido.

    Quiere mi opinión ser un canto a la esperanza. No es el fin de nada. Es el principio de algo cuyo punto final, aunque desconocido, no deja de estar ahí. Prefiero pensar que todavía tengo una vida por vivir. La intensidad con que la viva hará que pueda ser muy productiva. Incluso pudiera haber momentos futuros para seguir reflexionando sobre lo acertado o no de mi actual disposición.

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  3. Mirar al pasado y mirar al futuro, tomar lo bueno del pasado y esperar lo mejor del futuro. Estamos algo melancolicos y pesimistas por el estado ruinoso de España. A ver si os animais un poco, y recordar esto que seguro os gusta
    Cómo han pasado los años,
    cómo han cambiado las cosas,
    y aquí estamos lado a lado,
    como dos enamorados,
    como la primera vez.
    Cómo han pasado los años,
    que mundos tan diferentes,
    y aquí estamos frente a frente,
    como dos adolescentes,
    que se miran sin hablar.

    Si parece que fue anoche,
    que bailamos abrazados,
    y juramos un te quiero,
    que nos vimos por entero,
    y en secreto murmuramos,
    nada nos va a separar.

    C'omo han pasado los años,
    las vueltas que dio la vida,
    nuestro amor siguió creciendo,
    y con él, nos fue envolviendo,
    habrán pasado los años,
    pero el tiempo no ha podido,
    hacer que pase lo nuestro.

    Si parece que fue anoche,
    que bailamos abrazados,
    y juramos un te quiero,
    que nos vimos por entero,
    y en secreto murmuramos,
    nada nos va a separar.

    Cómo han pasado los años,
    las vueltas que dio la vida,
    nuestro amor siguio creciendo,
    y con él, nos fue envolviendo,
    habrán pasado los años,
    pero el tiempo no ha podido,
    hacer que pase, lo nuestro

    Fuente: musica.com

    Rocio Durcal

    y si la qureis oir, pinchad aqui http://www.youtube.com/watch?v=hZQK_5BPVfU

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  4. “Prepárate para la vida, también me dijeron a mí hace muchísimos años, que tienes toda una vida por delante! Años después, yo mismo he repetido esa canción multitud de veces en infinidad de ocasiones. No me arrepiento ni de lo uno ni de lo otro. Agradecí entonces y agradezco hoy el consejo y espero que lo mismo ocurra con mi parte. Me preparé para servir, serví lo mejor que pude y ahora procuro servirme a mí mismo lo mejor que puedo en estos años que dicen “de tercera”, aunque para mí lo son “de primera” y espero que lo sigan siendo mientras respeten la salud y el bolsillo.
    Como el anterior Chemaranda creo que estamos en el mismo estadio de la vida, y posiblemente de la misma profesión, aunque él lo disfrute en Aranda de Duero y yo en Madrid. Estoy de acuerdo con lo que dice, y por lo bien que lo dice. Por cierto, conozco esa ciudad: su impresionante iglesia de Santa María la Real, las bodegas y “el asado”. Cuando paso hacia Santander, procuro hacer una paradita.
    No es la primera vez que entro en este blog. Sus temas sobre educación me han parecido siempre muy interesantes y animo a seguir en la línea.
    ¡Optimismo y salud!

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