28 de marzo de 2016

CONDENADOS A LA REPETICION DE ELECCIONES GENERALES

No entiendo a los políticos  que repiten  sin cesar que “es preciso  llegar a acuerdos “transversales”  por el bien de España debido a los resultados electorales” y nunca llegan a lo que dicen que es necesario. Consideran un fracaso la repetición. Saben lo que los demás queremos por pura intuición (o por su interés), sin preguntar, y eso les hace grandes...

Llegar a acuerdos significa para ellos que los demás acepten lo que cada cual pretende imponer. Todos aducen tener más derechos que los otros: los unos,  por ganadores,  y los perdedores,  por creerse depositarios del mandato popular para ostentar el socorrido y no bien explicado  “gobierno del cambio”…de sillones.

Nuestro colaborador José-Tomás Cruz Varela está convencido de que allá por San Juan, disfrutaremos, además de las hogueras,  de "otro gran día de la fiesta de la democracia".  Si el Conde de Romanones observara la caterva  que nos quiere gobernar para nuestro bien, sin duda volvería a exclamar “¡Joder, qué tropa!” .
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CONDENADOS A LA REPETICION DE ELECCIONES GENERALES
(De mi puño y tekla)
Hasta ahora, lo único que tenemos claro es que tanto el Gobierno, del que carecemos, como la ciudadanía, vivimos sumidos entre el desconcierto y la incertidumbre que nadie sabe cómo definir y menos aún cómo superar. Todo se reduce a un intercambio de insultos y descalificaciones entre los distintos partidos políticos, con la estúpida sensación de estar asistiendo a una inútil batalla, cuya exclusiva finalidad consiste en hacerse con el poder y todo lo que representa.

Previo a los fallidos intentos de investidura, ocasionalmente, Gobierno y Oposición  debatían sobre temas económicos, creación de puestos de trabajo, bienestar social, pensiones, mejora de la sanidad y educación y muchos otros motivos que en efecto interesan a la sociedad en general, algo que los dirigentes políticos no mencionan actualmente y menos ocupa y preocupa.

Últimamente, las tertulias televisivas y radiofónicas están perdiendo interés por el contenido de los temas debatidos, como por ejemplo: el derroche de tiempo sobre la presunta corrupción de Rita Barberá, los despropósitos  de Pedro Sánchez en torno la dimisión del Secretario General del PSOE de Galicia, la pantomima de encuentro entre el citado político con el presidente de la Generalidad, donde comienzan y terminan las responsabilidades de un Gobierno en funciones, si Rajoy actúa correctamente dedicándose a la vida contemplativa sin implicarse o  si el Sr. Núñez Feijoo optará por retirarse de la política o presentar candidatura nuevamente, etc. etc.

No parece muy normal el tratamiento informativo adjudicado a los citados acontecimientos cuando existen otros problemas, con rango muy superior, tal como el pretendido independentismo catalán, aludiendo a la creación de su propia Agencia Tributaria, dentro de su programa de “desconexión”, iniciativa que está demandando una respuesta jurídica y contundente a la mayor brevedad.

Lo triste del caso es que por el momento nadie parece estar capacitado para ofrecer una explicación medianamente coherente sobre cómo solucionar tanto despropósito, y que los ciudadanos despachamos con frases como “tenemos lo que nos merecemos” e ingeniosidades similares, desconociendo cuánto tiempo más podremos permanecer inmersos en semejante idiocia. España necesita con urgencia abandonar el bloqueo en que vivimos para tratar de consolidar el crecimiento y creación de empleo alcanzados en la legislatura anterior, lo que exige una estabilidad y firmeza de la que carecemos.

Ofrecemos una imagen de inútiles e incapaces propiciado por la cerrazón de nuestros políticos guiados por su desmedido egoísmo y asquerosa ambición, padre y madre de la puta corrupción definida por el ilustre pensador Tomás de Vaerolokivich cuando afirma que “En España la corrupción se crea, no se destruye y además se multiplica”.

Nuestro país demanda y necesita con urgencia un pacto y que Rajoy asuma el estar amortizado por mucho que se empeñe en confiar en el Santo Advenimiento que ya no llegará jamás. En los ámbitos empresariales  se da por hecho que su carrera política ha finiquitado y que admita de una vez que su presidencia era de una sola legislatura dando paso a otros valores de su propio partido que existen y con una trayectoria impecable, aunque nuestro auténtico drama radica en que ninguno de los otros tres líderes: Sánchez (PSOE), Rivera (Ciudadanos) e Iglesias (Podemos), solo convencen a los suyos y con dificultades…Todas las formaciones sufren discrepancias internas que sus líderes se niegan a reconocer y es justo esa postura la que delata su incapacidad para ejercer la presidencia con la dignidad requerida, y a la vista de los acontecimientos, todo parece indicar que estamos condenados a la repetición de elecciones generales.....¡¡Tiempo al tiempo!!

Atentamente.

José-Tomás Cruz Varela

21 de marzo de 2016

AMBICIÓN E INTRANSIGENCIA DESTROZAN ESPAÑA

Antes de la sesión de investidura (fallida) de Pedro Sánchez, nuestro colaborador José-Tomás Cruz Varela mostraba un cierto optimismo en su entrada anterior, tras los complicados resultados de las elecciones del 20-D.

 Tras los debates habidos, el pesimismo se ha adueñado de su pluma,  y con razón. ¿Qué podemos esperar de unos políticos que se creen el fin último de la acción política cuando no deberían ser nada más que el medio para mejorar las condiciones de vida de los españoles? Muchos de ellos deberían meditar sobre aquella cita de Eurípides: "Cuando los dioses quieren destruir a un hombre, primero lo enloquecen." La ambición y la soberbia suelen ser dos armas poderosas para conseguirlo.

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AMBICIÓN E INTRANSIGENCIA DESTROZAN ESPAÑA
(De mi puño y tekla)
 ¿Desde cuándo el pertenecer a un partido de izquierda otorga el derecho a ofender e insultar a otros militantes o afiliados de otras formaciones, ya sea en particular o en general? Intentar llamar la atención o  pretender considerarlo como algo totalmente normal, a golpe de ósculos en la boca, frondosidades capilares o acudir al Parlamento vestido con un inapropiado aliño indumentario, podrá parecerle correcto y adecuado al Secretario General de Podemos, pero si el Sr. Iglesias se molestara en preguntar aleatoriamente al resto de españoles, obviado su pertenencia política, comprobaría que su preferencia se decantaría por utilizar una vestimenta similar a la de los restantes diputados. En cuanto su efusiva manifestación amorosa en el Congreso con otro diputado e ignorando la orientación sexual de ambos, infinidad de televidentes lo consideraron un gesto impropio y descaradamente preparado, interpretándolo más como un vulgar "morreo de postureo" y zafio reclamo publicitario que como reconocimiento hacia un compañero. Son miles las ocasiones en las cuales sus señorías se felicitan con un apretón de manos o incluso con abrazos y golpecitos en la espalda, sin que ningún medio se moleste en efectuar el más mínimo comentario. Se rumorea que quizá el Sr. Iglesias sufriese un pequeño lapsus y confundiese el Hemiciclo con un plató de TV (de la Sexta, por ejemplo).

Solventado el incidente erótico-festivo  y con la humilde petición  de que no se convierta en algo habitual, tampoco estuvo muy afortunado el líder podemita en su primera intervención en la tribuna de oradores donde  se despachó a gusto con desafortunadas descalificaciones varias y a varios. Todo un tratado de elocuente oratoria. En cuanto a la intervención del viernes, quedó palmariamente demostrado que su sentido del humor deja mucho que desear y totalmente incongruente en cuanto a momento y el lugar.

Como estaba previsto, las intervenciones de sus señorías correspondientes al debate del pasado viernes día 4, en general y salvo alguna excepción resultaron penosas y sin aportar el más mínimo argumento novedoso, muy propio de su  pobreza oratoria y ausencia intelectual, apelando a todos los típicos tópicos habidos y por haber del caduco marxismo por parte de algunos y provocación y ordinariez en boca de otros  con el acostumbrado intercambio de insultos. Por el gesto y caras de los padres de la patria, unido a las desesperantes y obligadas “pausas para aplauso”, por la velocidad con que abandonaron el Parlamento, todo parecía indicar que estaban deseando largarse y celebrar el viernes noches con sus señoras o parejas.

Descorazonador, por no utilizar otro adjetivo, resultó el discurso de investidura del caballero aspirante Pedro Sánchez (PSOE), sabiendo que se  trataba de su segunda y última oportunidad tras haber cosechado el más sonado e histórico fracaso del partido (219 votos en contra, 131  a favor). El viernes, Sánchez se limitó a ofrecer una versión abreviada de la efectuada el miércoles anterior, pero sin añadir un “algo” que justificase su parca y ramplona intervención. Limitarse a citar nuevamente el tema corrupción como arma arrojadiza cuando el PSOE padece la misma pandemia, fue ridículamente pobretón. Lo cierto es que abandonó el Hemiciclo sin corbata y con la cara desencajada. La cifra de los 219 votos en contra la llevará marcada a fuego toda su vida y no la olvidará jamás,  pero  esperemos que por lo menos le sirva para ser más humilde…En su partido hay varios que se la tienen jurada pero esperaran el momento apropiado para desquitarse y ahora no toca.
Tras finalizar la ronda de participaciones, lo único que le quedó claro a la ciudadanía es que a partir del lunes nuevamente los distintos grupos políticos retomarán las reuniones, cónclaves,  encuentros, públicos, privados, secretos o mediopensionistas, lo que en fino los políticos definen como “reanudar el diálogo".

En definitiva, la única solución pasa por alcanzar un pacto por necesidad o agotamiento, puesto que el tener que recurrir a repetir elecciones supondría un serio fracaso y no solo por la incapacidad intransigencia sino por la repercusión que tendría a nivel económico, creación de puestos de trabajo, necesarias reformas pendientes, etc. etc.

Por último y comentado en todos los medios, tertulias y redes sociales, el solemne ridículo protagonizado por el presidente del Parlamento, Patxi López, demostrando su ineptitud, carencia de autoridad, desconcierto, mirada extraviada, indecisión…requiere y con urgencia de unas sesiones de coaching parlamentario. Lo presenciado en la última sesión de investidura fue patético. Si ya estaba lo suficientemente deteriorada el comportamiento de nuestros diputados, tras los últimos acontecimientos y sin distinción de partidos ni personajes, merece la categoría de detestable.

Casi tres meses miserablemente desperdiciados desde el 20-D y todos enrocados en sus posicionamientos y a la espera de que cedan primero los “otros”. A Rajoy, Sánchez e Iglesias, cada uno con su estilo y maneras, les corroe la misma ambición y codicia, y eso es lo único que trasciende y que verdaderamente les ocupa y preocupa. Para los ciudadanos nada ha cambiado. Los del PP, esperando como siempre el santo advenimiento; Podemos encizañando, descalificando y prometiendo; PSOE coleccionando derrotas y despropósitos,  y Ciudadanos predicando que hay que ser buenos y los pactos también existen. Por el momento ese es el tétrico panorama que nos ofrecen. Solamente el pensar en una nueva campaña electoral resulta abracadabrante…..¡¡Tiempo al tiempo!!

Atentamente.

José-Tomás Cruz Varela

14 de marzo de 2016

¿HASTA CUÁNDO PODREMOS SOPORTAR ESTA SITUACIÓN?

Resulta interesante comprobar la evolución del pensamiento que juzga los hechos de un momento concreto y el cambio con el que se presentan en el siguiente sin capacidad de poder controlarlos. Somos  optimistas por naturaleza, porque el optimismo es un mecanismo de autodefensa. Queremos progreso en nuestro modo de vida partiendo de lo que tenemos y sin deseos de perderlo.  Entre el presente artículo y el siguiente podremos comprobar ese optimismo y desencanto que nos generan los políticos con sus actuaciones, con sus promesas y con sus ambiciones, desde la visión de la pluma de nuestro colaborador José-Tomás Cruz Varela, previas y posteriores a la sesión  de investidura o de su simple pretensión. En esta primera entrega el lector apreciará un cierto agotamiento de la esperanza que nos recuerda a Cicerón en su primera catilinaria  “Quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? quam diu etiam furor iste tuus nos eludet? quem ad finem sese effrenata iactabit audacia?”  (¿Hasta cuándo, Catilina, vas a abusar de nuestra paciencia? ¿Hasta cuándo se reirá de nosotros tu locura?¿Hasta dónde llegará tu audacia irrefrenable ?)
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¿HASTA CUANDO PODREMOS SOPORTAR ESTA SITUACIÓN?
(De ni puño y tekla)
Esa es la pregunta que diariamente nos hacemos millones de españoles. ¿Hasta cuándo nuestros políticos pretenden mantener tan caótica situación? Según parece, Pedro Sánchez por fin se ha percatado que para gobernar en España hay que posicionarse  en los aledaños del centro, ser más flexible, conciliador, decir menos idioteces y en paralelo controlar la ambición y soltar menos baladronadas mitinearas. Criterio y orientación con el que al parecer se ha elaborado el documento de las 66 páginas para lograr el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos, cuyos contenidos básicos: unidad de España, igualdad de ciudadanos, corrupción, estabilidad presupuestaria, etc. Perfectamente habrían sido admitidos por el PP con ligeros retoques, pero que Rajoy, rotundamente equivocado y peor aconsejado, renunció al desafío.

Como era de esperar, tal forma de proceder, originó un gran enojo por parte de Pablo Iglesias y sus podemitas que rompieron todo tipo de negociaciones con el PSOE, y de paso, anunciar que votarán no a la investidura de Sánchez.

Con cierta e inoportuna vanidad, unido su peculiar aritmética electoral por parte de los firmantes del pacto, lo presentaron incluso como un acuerdo de investidura y legislatura, cuyo contenido se separa ideológica y drásticamente de Podemos y sus marcas blancas defensores de posiciones anti-sistema, de extrema izquierda, con un modelo de Estado de economía intervenida y una codicia desmedida que nunca han ocultado, reclamando para su formación en las conversaciones mantenidas con el PSOE, la vicepresidencia y las carteras ministeriales de mayor repercusión. Postura que "por el momento" ha alejado a Podemos de toda posibilidad de gobernar, con mayoritaria satisfacción de gran parte de españoles.

Es muy triste el reconocerlo, pero el intento de formar Gobierno, tras casi  70 días de inútiles debates, está generando tal crispación que ha superado a los insultos y reproches intercambiados en la pasada campaña electoral. Las cadenas de TV, con ciertas excepciones, están llenas de basura, plagadas de banalidades y rezumando ordinariez como tendencia general, para luego consolarnos con la ridícula frase de “es lo que vende”. Se nos dice que estamos en otra situación, en otro momento, que ya somos demócratas, pero lo ciertos es que los errores se repiten, los trincones siguen trincando y los avances no terminan de aparecer y por ende, asumirse.

Sobre el escenario montado con motivo de la firma del pacto entre Sánchez y Rivera, ambos elegantemente trajeados y encorbatados, rubricando e intercambiado sendas carpetas de piel oscuras, indujo a muchos españoles a pensar que poco menos ya teníamos nuevo Gobierno y presidente, cuando es notorio que ninguno de los dos partidos suman los diputados suficientes. No obstante y dado que disponemos de una abundante pléyade de ilustrados politólogos de barra, rápidamente vaticinaron que la susodicha puesta en escena obedecía a la creación de ambiente a favor de ambos partidos de cara a la repetición de elecciones a finales de junio.

Nuestro auténtico problema. O al menos uno de los más destacados, es que todavía no hemos sido capaces de asumir que el bipartidismo ha fenecido en España (por ahora), si bien no estaría demás el comenzar reconociendo que la iniciativa del PSOE-Ciudadanos es algo inédito, que aunque desconocemos en que desembocará, constituye un presunto paso adelante en unos momentos tan críticos como los que estamos padeciendo y a su vez intentando una necesaria regeneración,  que nos permita acabar con tanto enfrentamiento, no remover más a los muertos y dejarlos que descansen para siempre. Pretender hacer política a golpe de descalificaciones como le gusta a Podemos es una equivocación, que nada tiene de progresismo ni reformismo y si de descarado revanchismo, motivado por el complejo de resentido que arrastra su líder Pablo Iglesias.

 PSOE y Ciudadanos, modificando parte de sus principios y cediendo a la necesidad de los pactos, están tratando de demostrar que el sentarse a negociar, razonando y discutiendo se pueden lograr acuerdos. Hora es ya de erradicar tanto cainismo que solo engendra odios y rencores que a todos perjudican y tienden a retrotraer a nuestro país a épocas anteriores nada deseables. Tratemos de recuperarnos, sabemos hacerlo, pero si partidos y políticos continúan persiguiendo la ambición como principal cometido  ¡¡aviados estamos!! 

No obstante y a pesar de la glosada "buena voluntad" pactista exhibida por ambos formaciones, en el caso del PSOE y si líder Pedro Sánchez, cada vez son más las voces que identifican el parecido existente entre el incalificable Zapatero con el imprevisible caballero aspirante Sánchez y sus repentinos cambios con tal de trepar a la presidencia del Gobierno. En 24 horas es capaz de modificar criterio y decisiones si sospecha que las anteriores le pueden suponer el no alcanzar el poder. Su irreprimible desee de figurar puede significarle que, si no consigue en esta ocasión sus objetivos puede suponerle el tener que abandonar la política para siempre o bien a patadas propinadas por sus propios compañeros....¡¡Tiempo al tiempo!!

Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela

7 de marzo de 2016

El 11-M, 12 años después...


 Se cumplen estos días doce años de aquel fatídico 11 de marzo de 2004. Desde entonces, muchas cosas han ocurrido en España respecto a los atentados: actuaciones policiales y judiciales, Juicio, Sentencia, condenas, controversias sobre la verdad… ¿Pero se ha esclarecido realmente  durante este tiempo toda la verdad de los hechos? Algunos han "olvidado lo inolvidable" y otros no quieren recordar a masacre. Pero ni lo uno ni lo otro borrarán lo sucedido.

Doce años han pasado desde aquel atentado terrorista, y otros atentados más han ocurrido y ocurren sobre la faz de la Tierra. La barbarie pende, en estos momentos, cual espada de Damocles sobre muchas y variadas sociedades del planeta, siempre por egoísmos e intereses inconfesables, y disfrazados, a veces, de fanatismo religioso…

A lo largo de la presente entrada se harán algunas referencias a René Descartes,  y es oportuno recordar la Primera Parte  de su “Discurso del Método”:
      “El buen sentido es lo que mejor repartido está entre todo el mundo, pues cada cual piensa que posee tan buena provisión de él, que aun los más descontentos respecto a cualquier otra cosa, no suelen apetecer más del que ya tienen. En lo cual no es verosímil que todos se engañen, sino que más bien esto demuestra que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que llamamos buen sentido o razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y, por lo tanto, que la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino tan sólo de que dirigimos nuestros pensamientos por derroteros diferentes y no consideramos las mismas cosas. No basta, en efecto, tener el ingenio bueno; lo principal es aplicarlo bien. Las almas más grandes son capaces de los mayores vicios, como de las mayores virtudes; y los que andan muy despacio pueden llegar mucho más lejos, si van siempre por el camino recto, que los que corren, pero se apartan de él. ”
  Con motivo de los sangrientos atentados yihaidistas de París, el pasado noviembre,  aparecieron en España artículos como  “Once diferencias entre el 11-M en Madrid y el 13-N francés. Los dos han sido los atentados más graves que ha sufrido Europa. Pero ¿en qué se distinguen?” publicado en El Español“El 11-M en París” de Jiménez Losantos, y  “Algunas diferencias entre Saint Denis y Leganés” de Luis del Pino, en los que cada cual da su versión de lo ocurrido en 2004 en Madrid.

Casualmente, los acontecimientos de París han coincidido en el tiempo  con el estreno de un documental cinematográfico titulado “Un nouveau Dreyfus?” del francés Cyrille Martin, que considera a “Jamal Zougam como el chivo expiatorio de los atentados del 11-M en Madrid”.

La entrevista al cineasta publicada en eldiario.es de Castilla La Mancha fue censurada al día siguiente por eldiario.es por razones de su línea editorial, como advertía el artículo “Lea la entrevista censurada con el cineasta francés que cuestiona la 'verdad' del 11-M. Cyrille Martin está realizando un documental sobre el 11-M desde la perspectiva de que la versión oficial, recogida en la sentencia, supone "una gran manipulación" de lo sucedido.”

Por su parte, Luis del Pino criticaba en su blog esa decisión  contra la libertad de expresión, sin tapujos y sin ambages: “Ignacio Escolar o el dudoso arte de la censura”.

Ignacio Escolar respondió justificando su postura habitual con otra misiva,  “Por qué no se pueden dejar pasar las mentiras del 11M. La línea de eldiario.es es amplia, pero en ella no caben mentiras tan burdas como las de la conspiración del 11-M. La libertad de expresión en el periodismo tiene límites muy obvios: los hechos y el respeto a la verdad”

La réplica le llegó con  unas contundentes “Dos preguntas muy sencillas a Ignacio Escolar”  de Luis del Pino" cuyas investigaciones  son difícil refutar. De momento, el destinatario parece no haberse dado por aludido.

En el periódico que Escolar dirige se han divulgado siempre las mismas ideas utilizando las mismas palabras, “mentiras y conspiranoicos”, (“Seis mentiras de los 'conspiranoicos' del 11-M y la mala memoria de Rajoy”). ¿Sería posible que Ignacio Escolar contestara esas preguntas  y  rebatiera “las mentiras” contadas por del Pino? Fácil lo tiene Escolar  en su lucha por la verdad, contra las mentiras y contra los que no terminan de creerse la versión oficial dada.


En el complejo asunto del 11-M quedan cuestiones pendientes por resolver y, a pesar del innegable interés por cerrar el caso, siguen los enigmas y sigue en vigor esa regla cartesiana que incluye el precepto de “dudar de todo mientras no resulte evidente”. En el mundo del conocimiento todos los principios y hechos deben ser ciertos. Si algún componente del razonamiento resulta dudoso o falso, el edificio intelectual se derrumba por la endeblez de sus cimientos. No es prudente, tampoco, fiarse de quien haya engañado alguna vez, por lo que deberá someterse a la duda metódica todo cuanto diga y afirme, no dando por verdadera  cualquier premisa no estudiada.

Partiendo del pensamiento cartesiano,  sorprenden afirmaciones  y certezas sobre hechos no totalmente demostrados, las diga Agamenón o su porquero, un periodista, un aficionado o incluso, un Juez,  a quien, por principio, se le otorga la “auctoritas” en los ámbitos de su competencia. Por otra parte, todos sabemos que nadie es infalible y debemos aceptar  que los argumentos de cada cual son válidos en función de las razones que los sustentan.

 Cuando se cumplían diez años del 11-M, el entonces director de El Mundo, Casimiro García Abadillo, entrevistó a Javier Gómez Bermúdez, Presidente del Tribunal que juzgó el mayor acto terrorista de la Historia de España. Mientras que el uno incidía en temas polémicos (participación de Jamal Zougam en los atentados,  asunto de los explosivos, autoría intelectual, intención electoral,…), el otro contestaba de acuerdo con la Sentencia de la que fue ponente.

El Juez Bermúdez se expresó en la entrevista con tal seguridad que no dejaba resquicio a la duda. Sin embargo, es necesario contrastar sus afirmaciones con hechos, actuaciones y documentos para  averiguar las posibles coincidencias y divergencias.

 Algunos párrafos de dicha entrevista referentes a los explosivos, apuntando a la Goma 2 EC merecen un  exhaustivo trabajo que se publicará en este blog  próximamente. Cualquiera que lea la entrevista y carezca de mayor información creerá, muy posiblemente,  todo cuanto el Juez afirma, porque lo dice el Juez... y es razón suficiente Y pensará,  con toda la razón,  que si alguien tiene alguna objeción a lo dicho, que lo demuestre...

 Y en esas estamos...